lunes, 25 de noviembre de 2024
artículo de opinión 19/07/2013junio 12th, 2017

«Parece que el cadáver ya está maquillado y listo para la rápida exposición reglamentaria ante una asamblea de empresarios que no debieran acudir predispuestos a darle sepultura antes de que huela más.

Y después, ¿qué? Un abanico de asociaciones empresariales diseminadas por la provincia, cada una con sus reglas y sus ritos. Cada una tirando para un lado de su trozo de cuerda y sin representación social alguna.


Se dibuja un panorama empresarial en la provincia desolador en el que el empresariado provincial se va a volver a quedar mudo y sin capacidad de intervención en la maquinaria socio-política, con todo lo que nos estamos jugando con la situación actual. Los empresarios de Ciudad Real se quedarán sin representación, sin interlocutor, sin voz y esperando a que salga alguna varita mágica, un mago que se invente una nueva confederación o asociación o cosa que aparentemente represente, aunque solo lo haga en algunos campos…En fin, confiemos en no reinventar o reescribir un pasado que no se escribió bien, ni con justicia.

Si el movimiento asociativo empresarial se queda en situación de impasse, provocado por la proliferación de reinos de taifas gremiales, nos vamos unas décadas atrás, mientras la legislación que nos concierne directamente y todo tipo de decisiones nos dejan al margen. ¿Por qué no es posible que todas las asociaciones que integramos todavía a fecha de hoy la CEOE- CEPYME provincial nos impliquemos en la supervivencia de la confederación dejando que sea ella quien recaude las cuotas y reparta en función de la actividad que desarrolle cada una de ellas? Eso se hace en otras organizaciones para evitar acumulación, ombliguismo y evita que reciban quienes hacen más cosas y las directivas más paradas, se animen a ofrecer servicios y oportunidades a sus socios. Eso es lo justo.

De nada sirve tener mucho músculo para aguantar cada asociación por separado si nos quedamos sin que nadie nos represente a todos en unos momentos en los que nos jugamos el presente y el futuro. Es hora de la acción, de estar unidos y prepararnos juntos para aguantar todavía muchos envites de la crisis. Porque necesitamos más que nunca la implicación de todos, sin protagonismos, para que todos podamos salir adelante.

Una decisión generosa. Y con grandes miras. Creo que la situación lo requiere. Si hay que enterrar al cadáver, sí o sí, debemos ser conscientes de lo que perdemos o preparar, con un debate abierto y constructivo, una confederación de asociaciones, una única, aunque diversa, organización empresarial que represente a todos los empresarios y empresarias de la provincia de Ciudad Real.

Los nueve meses en los que un grupo de empresarios, distintos a los de siempre, intentamos salvar la nave con toda la energía de la necesidad que imperaba, no gustaron a quienes, por vez primera, se sintieron ajenos. Desde entonces, la buena voluntad de quienes cogieron el testigo se ha ido transformando en pesimismo y

ciertas prisas para cerrar la CEOE de Ciudad Real cuanto antes.

Creo que la próxima asamblea general debiera vislumbrar, a grandes trazos, el futuro inmediato de nuestra representatividad social, con responsabilidad, grandeza de miras, unidad y dejando en la entrada los dañinos personalismos que tanto mal han hecho a la CEOE-Cepyme de Ciudad Real».

Juan Pablo Marciel, empresario y Presidente de la ACPL (Asociación de Consultores y Profesionales Liberales de Ciudad Real, integrada en CEOE Ciudad Real).

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