Parece que a la presidenta de la Comunidad de Madrid y candidata del PP a la reelección, Isabel Díaz Ayuso, no le importa lo que establece la ley sobre los actos oficiales que se celebran durante las campañas electorales. Y parece que tampoco le importa que la Junta Electoral Central le haya abierto dos expedientes sancionadores por incumplir esa ley. El Dos de Mayo, Día de la Comunidad de Madrid, incumplió su palabra y, en contra de lo que había dicho, convirtió el acto institucional convocado para conmemorar esa fiesta en un acto de propaganda electoral.
La Ley Orgánica del Régimen Electoral General prohíbe que, desde la convocatoria de unas elecciones generales hasta que se vota, se celebre cualquier acto organizado o financiado directa o indirectamente por los poderes públicos en el que se aluda a lo que han hecho o a los logros que han obtenido. También prohíbe inaugurar obras o servicios públicos en ese periodo.
A pesar de esa prohibición, el día 8 de abril Díaz Ayuso aprovechó el acto de inauguración de un mural cerámico en la plaza de todos de Las Ventas, como homenaje póstumo al torero Víctor Barrio Hernanz, para hablar de las ayudas que ha concedido su Gobierno al sector taurino. La Junta Electoral Central estimó parcialmente la denuncia que presentó Más Madrid y requirió a la presidenta madrileña para que «en el futuro se abstenga de difundir mensajes con contenido electoralista en el curso de actos de carácter institucional». También ordenó incoarle un expediente sancionador, por infringir el deber de objetividad que la ley impone a los poderes públicos.
Reincidente en incumplir la Ley Electoral
En respuesta a otro recurso que presentó el PSOE, la Junta Electoral Central declaró que Díaz Ayuso ha vulnerado la citada Ley Electoral en otros actos públicos institucionales en los que ha hecho declaraciones que constituyen propaganda electoral: en la presentación de un avión de Iberia con el logotipo de la Comunidad de Madrid, y en su visita oficial a las obras de un puente de acceso a la Terminal 4 del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, que fue como una inauguración «de forma encubierta». La Junta Electoral acordó incoar otro expediente sancionador a Díaz Ayuso y volvió a requerirle para que no repitiera esas prácticas prohibidas por la ley.
Pero Díaz Ayuso no ha hecho caso de los reiterados requerimientos que le ha hecho el órgano encargado de velar por la transparencia y objetividad de los procesos electorales y ha convetido la conmemoración del Día de la Comunidad en un acto electoral. Allí pronunció reiteradamente la palabra «libertad» -su lema de campaña-, y llegó a decir que el pueblo de Madrid se levantó en 1808 contra Napoleón «para defender la misma causa que hoy, dos siglos después, seguimos defendiendo: España y la libertad». A ese carácter electoralista contribuyeron el músico Nacho Cano y la expresidenta Cristina Cifuentes, con sus alabanzas a Díaz Ayuso.
Marginan a Telemadrid y encargan la retransmisión a una empresa privada
Un par de datos: por primera vez, la retransmisión de ese acto no la hizo Telemadrid sino que el Gobierno de Díaz Ayuso lo encargó a una empresa privada, despreciando a la televisión pública contra la que ha dado sobradas muestras de hostilidad porque no puede controlarla como le gustaría. Y por primera vez no han sido invitados al acto los representantes de los sindicatos, con la excusa de que el aforo era restringido debido a la pandemia.
Además de incumplir la Ley Electoral, en los 20 meses que lleva gobernando Isabel Díaz Ayuso ha hecho declaraciones muy sorprendentes -en ocasiones, extravagantes y ridículas-; presume de haber gestionado mejor que nadie la pandemia del coronavirus, pese a que Madrid ha sido y es una de las comunidades en situación más grave; ha actuado como si ella fuera la oposición directa a Pedro Sánchez, lo que molesta a algunos dirigentes del PP; cree que la libertad consiste en poder tomar cañas de cerveza durante la pandemia y en no encontrarte con tu expareja; ha declarado que no tiene ningún inconveniente en gobernar con la ultraderecha de Vox, cuya candidata, Rocío Monasterio, ha centrado su campaña en echar a Pablo Iglesias de la vida política y en pedir que no haya ninguna limitación frente a la pandemia…
A pesar de todo eso, casi todas las encuestas pronostican que Isabel Díaz Ayuso va a duplicar el número de votos y escaños que el PP obtuvo en 2019 y que podrá gobernar con el apoyo de Vox. No le pasan factura ni la mala gestión de la pandemia, ni sus extravagantes declaraciones, ni su falta de respeto y el tono faltón con que ha tratado a la oposición, ni sus meteduras de pata.
En estas elecciones, las más crispadas y broncas que se han vivido en la Comunidad de Madrid, cada persona tiene plena libertad para votar a la candidatura que quiera, como en todas las citas electorales. Pero también tiene libertad para equivocarse. Por eso, para no equivocarse, los electores deberían pensar en todo lo que han escuchado durante la campaña electoral, ver si eso va a mejorar su vida diaria y, después, decidir serenamente qué papeleta introducen en la urna.