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viernes, 22 de noviembre de 2024
VARIOS POLÍTICOS INSINUARON QUE SALVADOR ILLA SE VACUNÓ IRREGULARMENTE PARA LAS ELECCIONES CATALANAS - 23 mayo 2021 - Talavera
Agustín Yanel Agustín Yanel

Varios dirigentes políticos del PP, de Ciudadanos  y de los partidos independentistas que en la campaña de las elecciones catalanas en febrero lanzaron la sospecha de que el exministro de Sanidad y candidato socialista, Salvador Illa, quizá se habría vacunado sin que le tocara, ahora deberían pedir disculpas públicamente porque le han suministrado la primera dosis el 19 de mayo. Pero no se van a disculpar ni con él ni ante la ciudadanía y, si alguien les recuerda lo que dijeron entonces, argumentarán que ellos se hicieron eco de lo que se comentaba, que no aseguraron que se hubiera vacunado… Excusas baratas.

En una España donde la ciudadanía está acostumbrada a que haya dirigentes políticos que dicen algo y poco después afirman lo contrario, sin que eso les pase factura ni les haga perder votos, las dudas que difundieron sobre la supuesta vacunación de Salvador Illa se quedarán solo en una anécdota más. Pero conviene decirlo, para que se vea talla moral de algunos políticos que no dudan en difundir rumores y lanzar sospechas sobre un adversario si creen que eso les beneficia. Ya lo dice el refrán: «Calumnia, que algo queda».


Salvador Illa: «Las pruebas PCR no se hacen por capricho»

El 9 de febrero se celebró un debate en TV3 entre los candidatos a la Presidencia de la Generalitat catalana y les pidieron que se hicieran antes una prueba PCR, para asegurarse de que no estaban contagiados por el coronavirus. Salvador Illa se negó a hacérsela y explicó sus motivos: dijo que, como ministro, había estado durante meses pidiendo a la ciudadanía que siguiera los protocolos que dictaban las autoridades sanitarias para vacunarse y él también los respetaba y se vacunaría cuando le correspondiera por su edad, como ha hecho ahora. También afirmó que esas pruebas no se hacen «por capricho», sino cuando alguien tiene síntomas de contagio o ha estado en contacto estrecho con una persona que ha dado positivo, algo que no le ocurría a él; y que en ese debate se cumplía la distancia social.

A pesar de sus explicaciones, y de que el Ministerio de Sanidad desmintió que el ex ministro se hubiera vacunado, el líder del PP, Pablo Casado afirmó que, si se confirmaba «la sospecha» de que Illa no quiso someterte a la prueba PCR porque «puede que este vacunado», tendría que renunciar inmediatamente a ser candidato en esas elecciones. Y, para contaminar la campaña, pidió que la Fiscalía investigara este asunto. ¿Dónde veía un posible delito?

El secretario general del PP, Teodoro García Egea, utilizó esa práctica tan habitual en los dirigentes de su partido consistente en difundir por sus redes sociales alguna noticia pbulicada en los periódicos, cuando es crítica con el Gobierno, acompañada de un mensaje suyo. Él lo hizo por Twitter y preguntó: «Señor Illa, ayer en el debate de TVE no quiso hacerse un test de COVID-19. ¿Se debe a que usted se ha vacunado irregularmente y quiere ocultarlo?». Así queda en el aire la sospecha de quizá se ha vacunado cuando no le correspondía.

La polémica fue alimentada por otros dirigentes del PP, por Carlos Carrizosa (Ciudadanos) y por independentistas catalanes como Pere Aragonès (ERC, nuevo presidente de la Generalitat), Laura Borrás (Junts per Catalunya, presidenta del Parlamento autonómico) y otros. Dijeron que Salvador Illa era un irresponsable, que no daba ejemplo a la ciudadanía, que su negativa era deplorable, que si no quería hacerse la prueba es porque ocultaba algo… Le dijeron de todo. ¿Le pedirán disculpas ahora?

La crítica política debe sustentarse en hechos, no en suposiciones

Los políticos, como cualquier ciudadano, tienen derecho a difundir sus ideas y opiniones libremente. Y deben ejercer la crítica política porque es imprescindible en democracia, pero debe ser una crítica seria, sustentada en hechos y no en meras suposiciones. En este caso, los políticos citados y otros difundieron la sospecha de que Salvador Illa se negó a someterse a una prueba PCR porque tal vez se había vacunado antes de que le tocara, y siguieron diciéndolo después de que Illa y el Ministerio de Sanidad lo negaran.

Ningún político serio y demócrata debería aplicar en su actividad eso de «calumnia, que algo queda», porque difamar no debe ser nunca una manera de hacer política. En este caso les sirvió de poco, porque Salvador Illa ganó las elecciones en Cataluña como candidato del PSC, aunque no es el presidente por el acuerdo al que han llegado los partidos independentistas para investir a Pere Aragonès, de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). La ciudadanía les agradecerá mucho más que trabajen en serio para resolver los problemas en vez de dedicarse a difundir mensajes sin fundamento por las redes sociales.

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