Quintanar, Gálvez, Talavera… son solo algunos ejemplos de los pueblos de la región que festejan cumplidamente a San Antón, con una serie de actividades que tienen en el fuego a su elemento principal. El encendido de las hogueras y las plegarias al santo en compañía de los animales domésticos son las estrellas de la fiesta.
El fuego, símbolo de la unidad y de la renovación ligada al año nuevo, alimentado por el ramón de oliva y trastos inservibles no sólo reúne a familias, amigos y numerosos forasteros, sino que también es el «horno» donde se asan los productos típicos de cada villa.
Un año más, los pueblos de Castilla-La Mancha demuestran que la memoria de San Antón sigue muy viva para beneficio de la seguridad de los animales.
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