La iglesia de Santiago de Ciudad Real ha acogido el funeral por el alma de Isidoro Fernández, una de las tres víctimas ciudadrealeñas del accidente del tren Alvia del pasado miércoles.
La misa la ha oficiado quien fuera párroco de Santiago durante muchos años, Enrique Galán, y que ahora es vicario de la iglesia de la Asunción de Valdepeñas, donde el sábado celebró el funeral de la nuera de Isidoro, Marta Jiménez.
Galán ha iniciado el funeral pidiendo a los amigos de la familia que abarrotaban el templo que estén a su lado para «la tristeza y la sinrazón no anide en sus corazones».
Luego, en la homilía, ha señalado que detrás del «dolor inmenso» que siente y transmite la familia está lo que no se ve, que «Dios ofrece y pone el bálsamo de la paz en el corazón que sufre».
Enrique Galán ha recordado que la esperanza del cristiano está en la resurrección, en «vivir para el Señor en la vida eterna» y ha subrayado que trances como éste han de servirnos para entender que «lo importante es quererse y estar juntos».
Entre los asistentes a las honras fúnebres estaban la consejera de Economía y Empleo, Carmen Casero; el delegado de la Junta de Comunidades, Antonio Lucas-Torres; y la alcaldesa de Ciudad Real, Rosa Romero, además de varios concejales del Ayuntamiento de la capital.
Antes de la ceremonia los tres se han acercado al concejal de Policía y Seguridad de Ciudad, Guillermo Arroyo, y al resto de familiares del fallecido para darles su pésame.
Isidoro Fernández era tío de Guillermo Arroyo y fue de las últimas víctimas mortales del accidente en ser identificada. La confirmación de su identidad no se produjo hasta el viernes por la mañana.