El azote económico de la Covid-19: La consejera de Bienestar Social de la Junta de Comunidades, Bárbara García Torijano, en una entrevista, ha dicho que la crisis sanitaria ha causado una financiera que ha motivado que familias, que hasta el momento no necesitaban ayudas públicas, hayan tenido que solicitarlas.
70 millones para necesidades sociales
En este sentido, destaca que desde que comenzó la pandemia, la Consejería de Bienestar Social ha destinado 70 millones a combatir las necesidades sociales derivadas de la Covid-19, entre los que se encuentran los 15 millones que se habilitaron en una ayuda extraordinaria, que sobre todo han sido gestionados por los servicios sociales municipales, porque las han solicitado «familias que en muchos casos no estaban acostumbradas a acudir» a estos servicios.
Nuevas situaciones de vulnerabilidad
«La crisis les ha encaminado a una situación económica complicada en sus casas, una situación de vulnerabilidad en la que no se habían encontrado antes», lamenta la consejera.
9.500 personas perciben el Ingreso Mínimo Vital
En esta línea, informa de que en Castilla-La Mancha 9.500 personas reciben el Ingreso Mínimo Vital y otras 1.200, el Ingreso Mínimo de Solidaridad, una prestación que «se sigue dando a todos los que la tenían hasta el momento», si bien señala que los nuevos solicitantes se derivan el Ingreso Mínimo Vital, «una prestación más continuada en el tiempo, que tiene más garantías y que no depende de la comunidad autónoma donde vivas, sino que es una prestación del Estado que es la que se debe recibir».
«Buen trabajo» en las residencias de mayores
Por otro lado, Bárbara García, sobre la gestión de las residencias de mayores durante la pandemia, considera que «más que hablar de fallos» en ellas durante la pandemia de la Covid-19, sobre todo en la primera ola, cree que es «justo reconocer el buen trabajo» que se ha hecho por parte de los trabajadores y los equipos directivos.
2.045 personas murieron en las residencias en CLM
En dichas residencias han fallecido oficialmente 2.045 personas de Covid-19.
«En líneas generales no podemos hablar de fallos, sino de la situación real que mostró la Covid, porque la pandemia ha atacado principalmente a los más vulnerables y los más vulnerables son los mayores y muchos de ellos están en residencias», afirma García Torijano, quien considera que es «justo reconocer el buen trabajo que se ha hecho cuando llegó la pandemia y el esfuerzo por parte de todos los profesionales en intentar contener un virus que hasta en nuestras propias casas nos ha sido dificíl contener».
«De todo hay que aprender»
Con todo, admite que «de todo hay que aprender» y señala que a raíz de la pandemia «se han cambiado muchos modelos», si bien incide en que «los profesionales, durante esta pandemia, en este año tan duro, han dejado a un lado su vida personal, incluso su salud para dedicarse a proteger a los mayores, a las familias, y eso hay que ponerlo en valor».
Así, apuesta por «mirar para adelante, no seguir mirando hacia atrás» y afirma que ya se ha reunido con algunos sindicatos que solicitaron abordar las situaciones vividas en las residencias; la próxima semana mantendrá más reuniones con ellos.