La Asamblea de la Unión Balompédica Conquense ha aprobado, con la unanimidad de sus 200 socios, pedir de manera urgente una reunión con la presidenta regional, María Dolores de Cospedal, para que se desbloquee la situación de uso del Estadio de la Fuensanta, propiedad del Ayuntamiento de Cuenca.
La decisión de pedir una reunión urgente con la presidenta castellanomanchega, que se tomó el lunes por la noche, viene motivada porque el club se encuentra «desesperado», ya que «no tiene donde jugar» a menos de un mes del inicio de la competición.
Las obras de rehabilitación del único campo de fútbol que existe en la capital conquense en el que se puede jugar en Segunda División B se paralizaron hace dos años por impagos que suman hasta 300.000 euros, si bien el equipo ha estado utilizando la instalación hasta la semana pasada.
Pero debido a los impagos, hace una semana la empresa constructora tomó la decisión de vallar las gradas y fondo de nueva construcción, lo que impide el uso de la instalación, ya que no hay posibilidad de acoger a los espectadores.
De hecho, en caso de no poder usar las tres nuevas gradas, la capacidad de La Fuensanta se quedaría en 850 butacas que corresponden a la antigua tribuna, hoy convertida en uno de los fondos, un aforo que a juicio del club es «insuficiente» para intentar que el proyecto de la temporada sea viable.
«Es ilógico que, después de invertir más de tres millones de euros, por 300.000 euros la instalación no se pueda utilizar», ha afirmado el presidente del Conquense, Jesús Fernández, que expuso la situación ante 200 socios y aficionados que abarrotaron el salón de actos de la Federación Territorial de Fútbol.
«De no pagar esa deuda, o de llegar a un acuerdo con la constructora, la Fuensanta será un campo de fútbol que no lo podrá utilizar nadie, los daños a un club histórico como el Conquense serán irreversibles y eso parece que a nuestros políticos no les importa», ha añadido.
Las obras de rehabilitación de La Fuensanta forman parte del Plan de Infraestructuras Deportivas 2006/10, promovido por el Gobierno regional, mientras que el promotor de la obra es el Ayuntamiento de Cuenca, propietario de la instalación deportiva.
Sin embargo, el Ayuntamiento de Cuenca ha manifestado públicamente que no tiene dinero para pagar esos 300.000 euros y culpa a la Diputación de Cuenca de no querer ayudar a pagar la deuda.