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04/08/2013junio 12th, 2017

El proyecto para explotar a cielo abierto una mina de titanio en Arroba de los Montes y Puebla de Don Rodrigo, en la provincia de Ciudad Real, no ha superado la declaración de impacto ambiental exigida por la Junta de Comunidades.

Según la información a la que ha tenido acceso Efe, la Dirección General de Calidad e Impacto Ambiental ha considerado «desfavorable» la declaración de impacto ambiental (DIA).


Ha tomado esta decisión tras examinar los informes y la documentación aportada durante el proceso de evaluación ambiental por el promotor del proyecto, la empresa «Explotaciones Mineras de Titanio, S.L» y las diferentes administraciones con competencias en cada una de las materias relacionadas.

Por tercera vez, este proyecto no ha superado la declaración de impacto ambiental, después que ya fuera rechazado en 2001 y 2004, debido a la grave afección que se considera podía provocar la actividad minera en la zona.

El nuevo proyecto, según explicaban a Efe hace unos meses los directores generales de la compañía Explotaciones Mineras de Titanio, Valentín Fernández Tubau y Rafael Pastor, había sido diseñado para «superar las barreras ambientales, adaptándolo a la normativa ambiental».

La Dirección General de Calidad e Impacto Ambiental ha tenido en cuenta los informes negativos que ha emitido la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), que considera que la explotación minera sería incompatible con la protección del dominio público hidráulico y la Directiva Marco del Agua.

Igualmente, ha tenido en cuenta el informe de la Dirección General de Montes y Espacios Protegidos, que considera que la mina afectaría a un monte de titularidad pública y que sería incompatible con su conservación.

La Dirección General de Calidad Ambiental ha entendido que la explotación tendría impacto sobre la fauna y especies protegidas, puesto que, en la zona de extracción se localizan especies incluidas en el Catalogo de Especies Amenazadas en Castilla-La Mancha.

Son especies que tienen estas áreas como zonas de nidificación, cría y campeo, como es el caso del águila imperial ibérica, de la cigüeña negra y del buitre negro.

Además, el perímetro de explotación se encuentra a menos de 300 metros de los ríos de la cuenca media del Guadiana y laderas vertientes, que están catalogados como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC).

Se trata de un hábitat potencialmente óptimo para la dispersión del águila perdicera.

También ha considerado los impactos negativos que el proyecto tendría en la zona donde existen pedrizas y crestones cuarcíticos clasificados como elementos geomorfológicos de protección especial, así como el impacto visual que tendría sobre el paisaje.

Por otra parte, la Junta ha reseñado que los promotores del proyecto no han elaborado un análisis de alternativas al proyecto de actividad extractiva y se han ceñido únicamente a realizar una comparativa entre la definición del proyecto originario y el actual.

Asimismo, ha subrayado que el plan de restauración propuesto infravalora los impactos producidos por la explotación minera sobre el paisaje, las aguas, el suelo y la vegetación, proponiendo medidas correctoras y protectoras con carácter genérico sin incidir sobre la problemática específica de la mina.

Todo ello, han apuntado, hace entrever que el plan de restauración no aseguraría la recuperar la zona de forma sostenible.

El proyecto preveía explotar un yacimiento con unas reservas de 371 millones de toneladas, de las que se pretendía obtener 4,7 millones de toneladas al año de mena de zirconio y rutilo.

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