sábado, 23 de noviembre de 2024
08/08/2013junio 12th, 2017
César del Río César del Río

Desde el martes 23 de julio hasta el jueves 1 de agosto transcurrieron apenas nueve días, pero no hubo siquiera uno en el que PP y PSOE no se pusieran a caldo entre ellos delante de los periodistas para escenificar lo que unos entendían como el intolerable espectáculo que había protagonizado el socialista Jesús Fernández Vaquero en el último Pleno veraniego, ese martes 23 de julio con el ya famoso «¡pucherazo, pucherazo!» que hizo temblar hasta a los fantasmas del convento de San Gil, sede del Parlamento regional; o lo que otros trataron de vender como el sectarismo, decían que habitual en los Plenos, del presidente de las Cortes, el «popular» Vicente Tirado, a quien pedían que dejara su puesto, fuera un diputado raso más sin sueldo y se dedicara a vender seguros.

Seguro, seguro… Les aseguro que yo he escuchado frases como ésas en al menos cuatro ruedas de prensa en esos nueve días. Cuatro, que se dice pronto, sobre todo cuando ya nos hemos acostumbrado (aquí se acostumbra uno a todo) a que los miembros de los partidos convocan día tras día a los medios de comunicación para decir lo mismo que ya ha contado su compañero o compañera el día anterior. Y si tenemos en cuenta que el del día anterior no ha sido nada original, puesto que eso ya lo había oído yo hacía dos días…


Hartura, que se llama.

Bien, pues si el comienzo de toda esta historia fue el 23 de julio, con el Pleno en el que se aprobó la reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha que contempla la reducción del número de diputados a poco más de la mitad a partir de la próxima legislatura, es decir, desde 2015; el final tuvo lugar el jueves 1 de julio, cuando se reunió la Comisón del Reglamento y del Estatuto del Diputado, compuesta, por cierto, por algunos de quienes durante esos nueve días nos habían saturado con las diatribas sobre el contrario que les he citado anteriormente.

Comisión que iba a debatir y actuar, si fuera menester, por una parte sobre la supuesta inhabilitación de Tirado como presidente por ser un presunto sectario, como decía el PSOE; y la supuesta dura sanción a Vaquero por ser un presunto alborotador y revienta votaciones en los Plenos, como esgrimía el PP.

El final ya lo saben muchos de ustedes y los que no se lo imaginan. Del ensayo general no pasan, otra cosa es cuando llega el día del estreno y has de demostrar lo que has dejado entrever en los entrenamientos.

Reunidos los padres de la patria chica (los miembros de la Mesa de las Cortes, entre los que están Tirado y Vaquero; más los portavoces de ambos grupos) todos salieron tan contentos. Porque a mi plin, que diría aquél. Olé olé, que hace mucho calor. Ni sé lo que se dijeron entre unos y otros ni me importa demasiado, que estos cuentan lo que les interesa y en el momento que ellos eligen, pero lo que sí sé es que después de machacarnos durante nueve días llegaron al acuerdo de ser buenos a partir de ahora (no estoy de cachondeo, ¿eh?) de hacer como que aquí no ha pasado nada (en la comparecencia posterior ante los periodistas se olvidaron ya de citar a Tirado y a Vaquero) y de olvidar el asunto ese de inhabilitaciones y sanciones.

¿»Pa» qué?

«Pa» ná.

@CesardelRioPolo

cesardelrio@encastillalamancha.es

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