Además de la pandemia del coronavirus, que todavía ocasiona contagios, muertes e ingresos en hospitales, el Gobierno se enfrenta este verano a otro serio problema: el excesivo precio que se paga en España por la factura de la luz, de los más caros de Europa. En el PP lo aprovechan para criticar a Pedro Sánchez y pedirle que dimita y convoque elecciones generales. Hacen su papel, porque la oposición debe controlar lo que hace y deja de hacer el Ejecutivo, pero deberían arrimar el hombro, aportar soluciones y no olvidar que algo tiene que ver en este asunto lo que hicieron los gobiernos de Aznar y Rajoy en el sector de la energía.
Después de que el precio de la electricidad haya sido en el mes de julio el más caro de la historia, en agosto ha continuado incrementándose: el día 13 ha sido el quinto consecutivo en que el megavatio-hora (MWh) ha vuelto a batir este lamentable récord al llegar a 117 euros en el mercado mayorista. Este gran encarecimiento está protagonizando la habitual bronca política, ya que desde el Gobierno culpan a José María Aznar y Mariano Rajoy de los elevados precios actuales -porque, cuando gobernaron, no adoptaron medidas a favor de las energías renovables- mientras que desde el Partido Popular acusan al Ejecutivo de no tener respuestas para solucionar este problema.
El PP pide la dimisión del Gobierno y elecciones generales
En el PP, además de pedir que dimita el Gobierno y que el presidente convoque elecciones generales, también ha solicitado que comparezca con urgencia en el Congreso la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. Para ello debe reunirse la Diputación Permanente del Congreso, aceptar esa petición y convocar una sesión extraordinaria de la comisión correspondiente, porque en agosto no hay actividad ordinaria en la Cámara Baja.
Ante un problema tan serio, que afecta a toda la ciudadanía y a la economía española en general, es muy sorprendente el silencio que mantiene el presidente del Gobierno. Y no puede justificarse en que se encuentra disfrutando unos días de vacaciones, porque el 11 de agosto, en plena escalada del precio de la electricidad, interrumpió su descanso veraniego en Lanzarote para asistir al acto organizado en el centenario del nacimiento del Premio Nobel de Literatura José Saramago, donde habló ante el público y los periodistas.
Pedro Sánchez guarda silencio sobre el precio de la luz
Sánchez habló en ese acto de la buena marcha de la vacunación, de los buenos síntomas de la recuperación económica y del último informe de Naciones Unidas sobre el cambio climático, pero no dijo ni una palabra sobre uno de los asuntos que más preocupan este verano a la ciudadanía: el precio de la factura de la luz. Se equivoca al guardar silencio, y así deberían decírselo su jefe de gabinete, Óscar López, y el secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallès.
Hay que reconocer que el precio de la energía eléctrica y la factura mensual es un tema complejo, incomprensible para la mayor parte de la ciudadanía y que no depende solo del Gobierno y de lo que consuma cada familia. Pero también hay que decir que, por lo que se está viendo, el sistema actual no funciona bien y es necesario cambiarlo con urgencia.
El Gobierno aprobó a finales de junio rebajar el IVA de la electricidad del 21% al 10% hasta el próximo 31 de diciembre, pero ese ahorro ha sido contrarrestado por el importante aumento de su precio, que se ha triplicado respecto al verano de 2020. El Ejecutivo también ha puesto en marcha un par de iniciativas parlamentarias para rebajar el precio, pero son medidas que tardarán meses en ser debatidas en el Congreso, y entre tanto el oligopolio formado por las tres grandes compañías eléctricas que controlan el 81% del mercado español (Iberdrola, Endesa y Naturgy) continúa ganando dinero a costa de un servicio tan de primera necesidad como es la energía eléctrica.
Es necesario que el Gobierno adopte medidas con urgencia para frenar la escandalosa subida del precio de la electricidad. Y el Gobierno lo integran el PSOE y Unidas Podemos, por lo que sería absurdo que el partido morado se manifestara en la calle en septiembre, como ha anunciado Pablo Echenique, para protestar contra el Gobierno por la subida de la luz. ¿Se van a manifestar contra ellos mismos? Pueden discrepar de su socio mayoritario en el Consejo de Ministros, y deben decírselo y debatirlo, pero lo que haga o no haga el Gobierno es responsabilidad de todo el gabinete y no solo de los ministros socialistas. Ya deberían haberse enterado de esto.
La factura de la luz no debería ser utilizada como arma política por nadie. La única manera de poder frenar su alarmante incremento es que el Gobierno -el PSOE y Unidas Podemos- y la oposición dejen de echarse la culpa mutuamente y busquen soluciones de manera conjunta. Con peticiones de dimisión y manifestaciones en la calle de una parte del Ejecutivo contra la otra, desde luego, no lo van a solucionar.