La vicepresidenta primera de las Cortes de Castilla-La Mancha, la «popular» Cesárea Arnedo, ha asegurado que inician el curso político con «ilusión y fuerza, centrando la acción política en la creación de empleo, la recuperación económica para Castilla-La Mancha y el fortalecimiento de la red de los servicios públicos de la región».
Arnedo aseguraba que afrontan un reto importantísimo como el de mejorar el sistema educactivo, no solo las infraestructuras (la diputada recordaba que hay nueve centros en construcción, cinco de ellos se van a poner en marcha este curso escolar), sino también en los programas a realizar.
En materia de sanidad, «uno de los retos es la construcción del nuevo hospital de Toledo, infraestructura que estaba en parón por múltiples causas», pero que ahora «hay una viabilidad que en los próximos meses va a ser una realidad».
Como paragüas, «tenemos el trabajo que ya se inició por impulso del consejero de Hacienda, Arturo Romaní, en la elaboración de los presupuestos», unos presupuestos que serán -adelantaba la diputada- «sostenibles, sociales y generadores de empleo».
POR EL CONSENSO Y EL DIÁLOGO
Borrón y cuenta nueva. Ésa parece ser la filosofía adoptada por el PP ante el nuevo inicio político. Borrón que también se llevaría aquel final de sesión parlamentaria con pucheros del grupo socialista incluidos, porque el objetivo ahora es «iniciar el curso político buscando el consenso, el diálogo, no es el momento de tirarnos los trastos a la cabeza, pretendemos buscar soluciones desde las diferencias políticas para no restar sino sumar, porque nos lo están pidiendo los ciudadanos».
Retomando el tema de los presupuestos, Arnedo insistía en que tienen que estar marcados por «la creación de empleo» y que «constaten que hay una manera diferente de trabajar en Castilla-La Mancha». La diputada «popular» matizaba que «ya se ha terminado con la época negra del socialismo del Castilla-La Mancha que olvidaba facturas en los cajones».
La nueva época de la región está marcada, según Arnedo, por un «gobierno serio, riguroso», que permite hablar de una «marca de confianza a nivel nacional».
Por todo ello, «los grupos parlamentarios no podemos dejar de estar a la altura de la región que todos representamos. Tenemos que buscar el consenso, tendiendo la mano y buscando lo que nos une y no lo que nos separa», concluía Arnedo.