El Gobierno de Castilla-La Mancha ordenó el pasado 10 de junio la vacunación obligatoria contra la rabia de perros, gatos y hurones en el plazo de 15 días y en la zona de influencia de Toledo (que afectaba a 56 pueblos) donde un perro rabioso mordió a varios niños.
Desde entonces los animales domésticos susceptibles a padecer la enfermedad de los que se tiene conocimiento de haber estado en contacto con el foco «han sido aislados en un centro de internamiento y aislamiento bajo el control y la supervisión de los servicios veterinarios oficiales estando sometidos a estrictas medidas de bioseguridad».
La Consejería de Agricultura publica hoy, 2 de septiembre, una resolución por la que se modifica la publicada anteriormente en la que se establecían las medidas de contingencia y emergencia ante la declaración de dicho caso de rabia que se confirmó que había sido importado de Marruecos.
En la resolución publicada en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha se puntualiza que «una vez transcurridas 10 semanas desde la aparición del único caso de rabia declarado, teniendo en cuenta que el período de incubación de la enfermedad más frecuentemente aceptado es de cuatro semanas, que se ha establecido la obligatoriedad de la vacunación antirrábica de perros no vacunados en los últimos 12 meses mayores de tres meses de edad y de gatos y hurones mayores de tres meses, que se han reforzado e intensificado las medidas de vigilancia y control de los movimientos de los animales de compañía, que no se han confirmado ni notificado ningún otro caso probable, y una vez evaluada la evolución epidemiológica de la enfermedad, se considera que no existen causas objetivas que justifiquen mantener por más tiempo las medidas de refuerzo adicionales a las ya contempladas para el nivel de alerta 1 en el plan de contingencia».
Aún así, los veterinarios habilitados serán los encargados de autorizar «el movimiento hacia fuera del área de restricción de animales de compañía sensibles de la enfermedad».