sábado, 23 de noviembre de 2024
19/09/2013junio 12th, 2017
César del Río César del Río

Hay situaciones pintorescas que no dejan de sorprendernos. Por eso esto es España y olé. Me refiero a un cura de la parroquia de Miguelturra (Ciudad Real), quien nos ha dejado a todos medio «alelaos» en las últimas horas tras conocerse que para preservar la puntualidad hispana en la procesión pidió a los organizadores del evento que depositaran primero una fianza de 500 euritos de nada para asegurarse de que comenzaría en punto y hora. Es más, por cada 10 minutos que se retrasara la imagen en entrar en el templo les iría quitando, nunca mejor dicho, 100 euros del citado aval. La Hermandad es la de Jesús el Nazareno, que digo yo que no habrá tenido la oportunidad de decir lo que piensa. Al Nazareno me refiero.

El objetivo, según les dijo el cura a los «hermanos», es que no se demorara más de lo debido la procesión, como si la brevedad o no de la devoción y la fe se pudieran contabilizar en moneda de uso común. A tanto el metro de la creencia, por lo que se ve, pensó él. Para que las ovejas no se descarriasen por el camino, desde luego.


Creer, creer…

CUANDO LA VIDA NO VALE NI UN SUSPIRO

La otra historia castellanomanchega de la semana que nos dejó epatados fue la del preso talaverano en una cárcel de Bolivia de cuyo paradero se enteró su propia familia por televisión. «Encarcelados», de la Sexta, les dio la sorpresa de sus vidas.

Ricardo purga sus penas, porque su pena carcelaria aún no la conoce al estar a la espera de juicio, entre mugre, bichos, enfermedades varias, miedo, torturas y un sinfín de situaciones que se nos escapan al raciocinio, dos años después de ser pillado con cocaína para traficar.

En un país en el que la vida humana no vale apenas nada y donde aún se dan las condiciones de la ley del más fuerte, se le ha abierto una pequeña ventana con vistas. Apenas es una ranura, pero a partir de este momento son las instituciones quienes deben luchar para que a sus presos españoles en el extranjero se les trate con un mínimo de dignidad. Que todos querríamos para nuestros familiares e incluso para nosotros mismos.

Pónganse por un momento en la piel de sus padres y piensen qué les pasaría a ustedes por sus cabezas si se encontraran en la misma situación. Pues todos querríamos que regresara a España aunque le cayeran unos cuantos años más de condena. Pero la vida es la vida, no la muerte en vida.

@CesardelRioPolo

cesardelrio@encastillalamancha.es

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