Jana Manjarrez Vaquerizo es una persona entusiasta y con iniciativa. Y, además, es una estudiante, natural de Torrijos, de cuarto de Enfermería en la Universidad de Castilla-Mancha, en Toledo, que ha llevado el «nutriplato» al conocimiento de los más jóvenes, a través del Programa de Agentes Jóvenes en Educación para la Salud (PAJEPS).
Prueba de su carácter motivador es el proyecto que, con la inestimable colaboración de su profesora Idoia Ugarte y el respaldo por la Universidad de Castilla-La Mancha, logró poner en práctica hace unas semanas en la Asociación Ymca, una organización que busca desarrollar el potencial de niños y jóvenes, favoreciendo un entorno adecuado para su crecimiento y fomentando la responsabilidad social.
«Nutriplato» y los hábitos saludables
Jana estaba haciendo prácticas extracurriculares en Atención Primaria el pasado verano y una enfermera le comentó la existencia del programa PAJEPS. «Y me dije ¿por qué no? Si yo siempre he tenido esas ganas de hacer cosas por Enfermería».
Es así como empezó a idear el proyecto que pudo llevar a la práctica dentro de este programa que desarrolla la Fundación de Educación para la Salud (FUNDADEPS) con el apoyo del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.
Y lo hizo a partir de la idea del «nutriplato», un esquema que divide los alimentos en categorías según sus propiedades nutricionales y ayuda a comprender la prioridad de unos u otros en el día a día para evitar problemas como el sobrepeso o el exceso de colesterol.
Unas semanas después, la joven de 22 años pudo realizar el taller en Ymca, ante un grupo de niños, de entre 10 y 14 años, que rápidamente se vieron motivados por el dinamismo de una intervención, apoyada por grafismos, y muy participativa, que trató un asunto tan vital para el desarrollo de la salud como es el saber lo que comemos.
«Superó totalmente las expectativas»
Jana señala que Idoia, una persona completamente emprendedora y activa socialmente, que además es vicepresidenta de Médicos del Mundo en Castilla-La Mancha, le «ha ayudado en todo lo que ha podido y más» a preparar un taller que «superó totalmente las expectativas».
Incluso, «creo que aprendí yo más que los niños», reflexiona con humildad.
Con la frescura que la caracteriza, la joven se despide señalando que «la experiencia fue una pasada». No hay duda de que lo fue, pero no solo para ella, sino también para los pequeños que tuvieron la oportunidad de compartir con una persona tan entusiasta algo más que el interesante «nutriplato»: la magia del aprendizaje.