Los grupos del PP y el PSOE han debatido en las Cortes sobre el presupuesto de la Junta del ejercicio de 2011 que, para los populares, supuso el fin de un ciclo político que llevaba a la comunidad a una deuda desbocada que se corrigió con el cambio de gobierno y de políticas que ya empiezan a dar resultado.
Por su parte, los socialistas han opinado que a partir de entonces se han producido una serie de restricciones y recortes que han llevado al ahogamiento de la economía.
Así se ha puesto de manifiesto en la Comisión de Economía y Presupuestos celebrada en las Cortes regionales para elaborar el dictamen sobre la Cuenta General de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha relativa al ejercicio 2011.
Cada grupo ha defendido su propuesta de resolución y ha sido aprobada la del grupo popular, que ha expuesto José Manuel Tortosa, mientras que se ha rechazado, con los seis votos en contra de los diputados populares, la del grupo socialista defendida por José Molina.
Molina ha explicado que, como señala el informe del síndico de cuentas, en 2011 no se detecta ninguna ilegalidad, y ha subrayado que la característica fundamental del ejercicio de 2011 es la brutal caída de ingresos que se produce.
Eso, ha continuado, hay dos maneras de afrontarlo, como hizo el PSOE en el primer semestre, esto es, intentando mantener el gasto y con ello, el déficit, y la segunda, la del PP, incrementando la deuda para disminuir el déficit, pero con recortes en los servicios.
Para Molina, está demostrado que esa es una política fracasada con la que es imposible el crecimiento, «como se está ya constatando».
Desde que gobierna el PP, ha dicho, en Castilla-La Mancha hay más deuda, más paro y menos servicios públicos.
Le ha respondido Tortosa que, en 2011, bastante tuvo el PP con asumir la situación que dejó el PSOE e intentar terminar el año, porque la política económica «fracasada» de los socialistas llevó a la región a una «crisis sin precedentes».
Los presupuestos que hacía el PSOE, según Tortosa, parecían un «folleto propagandístico» en el que ni ingresos ni gastos coincidían con la realidad, y eso es algo que queda constatado en el informe del síndico, ha apuntado.
El año 2011, ha dicho el diputado popular, se cierra un ciclo político y empieza otro basado en la estabilidad y el equilibrio presupuestario.
Ya nadie, salvo el PSOE, contrapone austeridad y crecimiento, pues los datos ponen de manifiesto que ahora se está empezando a tener un mínimo de confianza en poder salir de la crisis, ha afirmado.
«Los esfuerzos de los castellano-manchegos no han sido en vano, los sacrificios están dando fruto», ha asegurado Tortosa, para quien ya se está al final de la crisis económica, algo que Molina ha deseado que ojalá fuera así.
Durante el debate, los diputados han hablado sobre la eliminación de la institución regional de la Sindicatura de Cuentas, que anunció la presidenta autonómica, María Dolores de Cospedal, en el debate sobre el estado de la región y que para el año que viene ya no tiene consignación presupuestaria.
El socialista José Molina ha lamentado que la fiscalización que haga a partir de ahora el Tribunal de Cuentas estatal ya no se hará con la amplitud, rigor y en plazo que el síndico de Castilla-La Mancha.
Por su parte, Tortosa ha justificado esa decisión en la política del PP de evitar duplicidades y ha pedido a Molina que no ponga en duda el rigor del Tribunal de Cuentas.
Le ha recordado al diputado socialista que, aun cuando ha existido un esfuerzo por parte de la sindicatura por ponerse al día en los informes de fiscalización, durante los años de gobierno socialista, especialmente los de la crisis, se ha sufrido un retraso en la presentación de los informes porque a quien estaba en el gobierno «no le interesaba que se trajeran a esta Cámara», ha señalado.