Resulta imposible subir al casco histórico de Toledo sin enfrentarse a la imponente Puerta de Bisagra. La estructura renacentista luce brillante para que vecinos y turistas empiecen a amar la historia de la ciudad de las tres culturas. Este símbolo de Toledo fue levantado hace la friolera de 472 años, en el 1550 cuando Pedro de Córdoba era corregidor. Pero, ese año, la puerta era levantada por segunda vez en su historia. Sí, usted, lector, puede que desconozca esta información pero la emblemática Puerta de Bisagra se derrumbó en 1946 tras un largo periodo de lluvias.
¿Cómo era La Puerta de Bisagra antes de su derrumbe?
Tal y como informa el blog «Toledo Olvidado» cuyo timón del barco esta en manos de Eduardo Sánchez Butragueño, hasta 1934 la puerta tuvo adosadas multitud de viviendas que constituían una calle cerrada desde el arrabal. Ahora, más de 400 años después, el monumento permanece a modo de isla junto a la iglesia de Santiago el Mayor, siendo el punto de partida de los paseos de la Vega y Sisebuto.
En ese año, 1934, siglo XX, la puerta fue liberada de las construcciones adosadas. Después de esta construcción este monumento permaneció intacto hasta que unas fuertes lluvias allá por el 1946, el 12 de abril, se llevaron por delante uno de sus torreones, el derecho. Afortunadamente no hubo daños personales, pero sí mucho trabajo para reconstruir.
¿A qué se debe su nombre?
Se han propuesto varias explicaciones para intentar conocer el significado de este nombre: la Puerta de Bisagra. Podría ser «puerta que mira a La Sagra», «puerta que mira al campo» o «puerta colorada», lo que sí esta claro es que es la puerta que da paso a la gran ciudad imperial.