Cada vez hay más quejas contra las entidades de banca, y con razón: muy poco horario para atender al público, cobro de comisiones por realizar operaciones antes gratuitas, eliminación de cajeros automáticos en pueblos con pocos habitantes, menos servicios personales al cliente para que los realice por internet… ¿Habrán pensado Ana Patricina Botín y los directivos de otros bancos en las personas de edad avanzada, en quienes no tienen un odenador o no dominan internet o viven en localidades donde había una única sucursal y la han cerrado? Probablemente no.
Según datos del Banco de España, las principales reclamaciones que recibe contra los bancos se refieren a la reducción del servicio al público en las oficinas, por el cierre de sucursales y por la limitación del horario de caja, lo que es especialmente perjudicial en los pequeños pueblos con poca población donde solo hay una sucursal o un cajero automático y los cierran.
«Los bancos se han olvidado de las personas mayores»
Carlos San Juan de Laorden, de 78 años, ha puesto en marcha una campaña de recogida de firmas a través de la plataforma change.org, en la que pide «atención humana en las sucursales bancarias». «Me entristece mucho ver que los bancos se han olvidado de las personas mayores como yo», dice. En un mes ha recibido más de 180.000 firmas de apoyo, y continúan llegando.
Lo que cuenta en su petición es lo que cualquier persona vive cuando acude a una entidad bancaria. En la puerta se topará con un cartel donde le dicen que el horario de caja es de 9 a 11 horas de lunes a viernes, para quienes son clientes de ese banco y, para los no clientes, de 9 a 10.30 horas pero únicamente los martes y jueves.
Si el cliente de un banco quiere hacer una transferencia desde su cuenta corriente, aunque sea de 50 euros o menos, le cobrarán seis euros u otra cantidad, según la entidad en la que opere. Incluso algunos bancos ya cobran una comisión por sacar dinero de la cuenta propia en caja y recomiendan hacerlo desde el cajero automático.
Cierre de sucursales y miles de despidos tras las fusiones bancarias
Las fusiones bancarias, a las que han seguido el cierre de sucursales y miles de personas despedidas, han agravado este problema. Los responsables de los bancos se empeñan en que sus clientes operen con ellos a través de internet, pero no piensan que hay personas que no saben hacerlo, no tienen los conocimientos o los medios técnicos o, simplemente, no quieren utilizar la banca online.
Nadie debe oponerse a los avances tecnológicos, ni en la banca ni en cualquier otro sector. Pero la aplicación de la tecnología no debe impedir que los bancos sigan atendiendo a todos sus clientes como se merecen, no solo a quienes utilicen sus servicios a través de internet. Salvando las distancias, es lo mismo que ocurre con el Tren de Alta Velocidad: ha significado un importante avance en el transporte de personas por ferrocarril, pero ha eliminado muchos tramos de tren tradicional, dejando a distintas poblaciones sin ese medio de transporte, y es mucho más caro.
A estas alturas de la historia, en pleno siglo XXI, a nadie se le ocurriría guardar el dinero en un calcetín y ocultarlo en algún lugar de su casa, como dicen que hacían algunas personas hace muchos años, pero seguro que hay quien piensa en volver a esa práctica cuando encuentra tantas dificultades para que le atiendan correctamente en su banco de toda la vida.