El patrimonio oculto de Quintanar (Toledo) se puso al descubierto en las IV jornadas sobre espacios museísticos, sala expositivas y promoción Turistica «Quintanar de la Orden, Mucho por Descubrir». La Sala Sanctorum acogió la clausura de estas Jornadas con un concierto de órgano a cargo del compositor local Francisco Moreno Viedma.
Al acto de cierre de las Jornadas asistieron los concejales del Ayuntamiento de Quintanar de la Orden, Enrique Llanos y María José Botija; la presidenta de la Asociación de Belenistas “El Angelito”, Matilde López-Barrajón; el director de la coral San Cosme y San Damián, Nicolás Baón; y el presidente de Kintafoto, Ángel Serrano, además de otros artistas como Paquita Cordones García-Romeral y el cantautor Paco Serrano.
La IV Jornadas, organizadas por la revista Cultura XXI, con la colaboración de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Quintanar, contaron con la participación de casi un centenar de personas inscritas para realizar alguna de las tres visitas guiadas. La primera y nocturna fue al barrio del Toledillo, durante la que se visitó la ermita de San Sebastián y la Casa de los Siete Linajes; y se dio un paseo por sus sinuosos y estrechos callejones, como el que desemboca en el Pozo de la Perla, donde tuvo lugar, según cuenta la leyenda, la quimera de Filibus y la bella Zoraida.
Para terminar la jornada, tuvo lugar la visita a la Judería y el entorno de la Casa de Piedra, un palacio del XVII en el destacan entre otros elementos arquitectónicos algunos de los escudos heráldicos de mayor linaje de la villa. Y se concluyó con el recitado por parte de la rapsoda Matilde López-Barrajón del poema «Espíritu sin nombre», de Gustavo Adolfo Bécquer.
VISTA AL PAISAJE ÚNICO DE QUINTANAR
En el segundo día hubo una visita a la torre fortaleza de la Iglesia de Santiago, donde el grupo fue recibido por el vicario parroquial Francisco Aparicio. Los convocados subieron peldaño a peldaño los 142 escalones que acercan al paisaje único de Quintanar desde el cielo, que solo es posible accediendo a la que está considerada como la tercera torre más alta de España.
Además, tuvo lugar un recorrido por los característicos patios manchegos de la calle de las Aguas y de la calle de la Oliva, para concluir en la calle Yesares, donde se encuentra una auténtica recreación de una “tienda antigua”, al estilo de los años 50 y 60. Su propietario y conservador, José Luis Fuentes “Tavira”, agasajó a los participantes con un vino de Bodegas Entremontes.
También visitaron el cementerio municipal, donde el grupo recorrió los panteones y piezas del arte funerario más importante del siglo XIX y del primer tercio del siglo XX, que se encuentra en este reciento, comenzando por la cruz, la cual está instalada en el pasillo central y que según los investigadores pudo marcar el lugar donde apareció la imagen de la Virgen de la Piedad hace 650 años.
LA ERMITA DE SANTA ANA
De regreso, se produjo un alto en el entorno de la ermita de Santa Ana, en cuyo interior se encuentra una de las colecciones religiosas de imágenes olotinas más importantes de la comarca. Además, desde el pasado mes de agosto la ermita cuenta con un grandioso tríptico del maestro Antonio Arnau (representa el Nacimiento de Jesucristo, junto a los pasajes de la Anunciación y la Circuncisión), donado a la Hermandad de San Joaquín y Santa Ana por el empresario Nicolás Roldán, natural de Quintanar de la Orden y residente en Cataluña.
Como colofón de estas visitas, se celebró una charla-coloquio en la Sala Sanctorvm sobre “El patrimonio quintanareño oculto” a cargo del historiador y arqueólogo Zacarías López-Barrajón Barrios, quien puso de manifiesto la existencia de un gran tesoro patrimonial escondido que aún permanece a pesar de su estado de deterioro y olvido. El también coordinador de estas Jornadas destacó al final de charla el éxito de participación, «muy por encima de las expectativas previstas».