El nombre de Aarón Mora aún es desconocido para el gran público en general, también para el de Talavera. Este ilustrador comenzó a dibujar «desde pequeño», bajo la luz de flexo de su habitación, hasta que ha conseguido llegar a miles de personas a través de su Instagram.
Sus ilustraciones mezclan la cultura actual, colores vivos y temáticas diversas, con la tradición más ancestral de su ciudad, la cerámica. Aarón expone sus dibujos en las redes sociales y le sirven para darse a conocer. Hasta el punto de que el talaverano ha abierto su propia tienda online donde se pueden comprar sus creaciones. Su trabajo ha estado expuesto en la Escuela de Arte de Talavera.
«Desde que era pequeño dibujaba y ha tenido que llegar el Covid-19 para poder aprovecharlo al máximo», relata Mora, al otro lado de la línea. Su historia es la de un joven que se marcha a Madrid «a trabajar de lo que había estudiado, de diseñador gráfico», cuenta Mora. Hasta que llega 2020 y la pandemia que aún seguimos sufriendo reduce sus opciones y Aarón tiene que volver a casa. A Talavera. Volver, volvió, aunque ni su frente estaba marchita ni las nieves del tiempo -este virus- platearon sus sienes. Aarón se refugió en sus papeles y en su tableta digital.
«Volver a Talavera me ha hecho reencontrarme con mis raíces»
Mientras el mundo frenaba en seco, las calles se vaciaron y los corazones se encogieron, Aarón estaba encerrado en su habitación, bajo la luz del flexo.»Volví a Talavera y frené. Miré hacia adentro y recuperé mi pasión, que había tenido abandonada», reconoce Aarón. Volvió a sus dibujos y las ventanas se abrieron.
Sin embargo, el regreso a sus ilustraciones no es lo único que despertó la pandemia en Aarón. «Si algo bueno ha tenido el Covid-19 para mí, ha sido poder reencontrarme con mis orígenes y recuperar la inspiración en mi ciudad». Talavera es un elemento más en las figuras del joven artista, que ha recorrido los lugares de sus recuerdos a través un mapa y ha creado un recortable aunando lo más valioso que tienen los talaveranos, su cerámica.
La ciudad de Mora le sirve inspiración para trazar unas líneas que recogen la esencia de la cerámica. «Intento resaltar el patrimonio. La verdad que las ilustraciones de Talavera son las que más éxito están teniendo. Quiero hacer un homenaje a esta ciudad».
Tradición y vanguardia
Al pensar en ilustración, la imagen que se nos viene a la cabeza es un lápiz y un cuaderno. «Eso hace tiempo que cambió». La llegada de las tabletas digitales, con las que imitar un trazo concreto, aplicar un color, ofrecen un «sinfín de posibilidades» a artistas como Mora. El eje digital ha roto con lo tradicional. ¿O no? «Yo hago mis bocetos en papel y después los trabajo en digital, pienso en la composición y en los colores».
«Lo que intento es mezclar tradición, usando mis raíces, con los nuevos estilos, la vanguardia que me aporta una ilustración digital», reconoce el talaverano. Sus obras muestran un sinfín de colores apacibles, tranquilizadores. Las combinaciones que utiliza Aarón ejercen una especie de bálsamo a la vista, un alivio rápido ante unos ojos cansados de mirar pantallas. Azul y blanco, naranja junto a rojos chillones, fondos verdes junto a azules reflectantes. Peces, ventanas y sus inspiraciones basadas en las figuras milenarias de la cerámica talaverana. Lo que busca es, quizás, que sus creaciones den tranquilidad. En palabras de Mora, y en las mías propias, «los colores se complementan, dan una especie de gustito».
El futuro de Aarón Mora está ligado a sus creaciones. «Siento que este camino que empiezo a recorrer es el inicio de algo. Se ha encendido un motor», desvela en un alarde de sinceridad. Su futuro pasa por iniciar nuevos caminos, incluso en los denominados NFT, obras de arte en formato digital que son únicas, siguiendo así la estela de una obra clásica en papel. «Hay mucho que conocer de la ciudad y la ilustración puede ser un vehículo para dar a conocer lo que tenemos aquí», reivindica el artista. Hasta este viernes 11 de febrero, sus creaciones están expuestas en la Escuela de Arte de Talavera de la Reina.