«Caber o no caber, esa es la cuestión». Pues no cupo, no. Esta es la historia de un conductor ebrio, un callejón estrecho y un BMW atrapado.
Ocurrió, cómo no, de noche. Concretamente a las 23:15 horas de la noche del domingo 30 de enero. El callejón en concreto, es el del Potro, cerca de la Puerta de Bisagra, según informan fuentes de la Policía Local de Toledo.
Una llamada alertó a la Policía Local de que un coche se había quedado atrapado en el callejón del Potro, por lo que una patrulla de desplazó al lugar.
Comprobaron qué, evidentemente, el vehículo no podía continuar la marcha al estar atrapado en el callejón.
Salió por la ventanilla
El conductor salió por la ventanilla y pronto los policías detectaron que podría estar bajo los efectos del alcohol, por lo que decidieron hacerle la prueba de alcoholemia, en la que arrojó 0,84 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.
Foto: Policía Local de Toledo.
¿Cómo salió el coche?
Y la pregunta del millón, ¿cómo salió el coche del atolladero en el que le había metido su conductor? Pues llamando a la grúa de asistencia en carretera y remolcándolo para poder de ese callejón sin salida en el que se había metido.
El dilema filosófico que planteábamos al principio es la pequeña broma que ponía la Policía Local de Toledo, que recordaba en su publicación de las redes que, «dilemas aparte», el alcohol al volante «distorsiona las medidas, entre otros efectos».