El alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, se reunirá mañana con el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, para tratar sobre la revisión catastral de los inmuebles de la ciudad coincidiendo con el debate que hay en la ciudad sobre el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI).
En esta cita, el alcalde pedirá una «explicación» al Ministerio de por qué hace unos meses se les permitía hacer una revisión general catastral -con el fin de que todos los valores se ajusten a la realidad- y ahora se lo niegan y «solo lo permiten para cuatro suelos urbanizables», según dijo hace unas semanas García-Page cuando anunció una primera cita que se ha pospuesto a mañana.
Sobre cómo quedará la aplicación del IBI para el año que viene, el alcalde ha señalado que se hará lo que determine el pleno, aunque, ha insistido en que a todo el mundo le gusta bajar los impuestos.
Pero, esta posibilidad, limitaría la prestación de servicios, supondría la supresión de pagas a los empleados municipales y de servicios y despedir entre 22 y 40 personas, según los informes técnicos, ha dicho el alcalde.
«Entre el corsé que nos coloca Cospedal y el que nos coloca Montoro, ya casi lo más razonable es que los interventores se presenten a las elecciones, porque, de poco sirve o que puede decir un alcalde», ha lamentado García-Page.
«ESTAMOS EN LA MEJOR POSICIÓN»
Respecto a la reunión con los vecinos ha señalado que lo que les ha planteado es que «estamos en la mejor posición» para analizar los ingresos y los gastos del Ayuntamiento, una ciudad que se mantiene con 85 millones de euros, que es «un canapé, casi un milagro que se mantenga la ciudad con cuatro perras».
«Todo lo que baje el IBI será a costa de despedir personal, de quitar sueldo a los funcionarios y de suprimir servicios como el de limpieza o recogida de basuras y yo no estoy porque se desmantele el servicio público».
Por otro lado, ha anunciado que cuando el próximo año acabe la concesión del transporte urbano cambiarán el pliego de condiciones para ahorrar al menos un millón de euros en la subvención del municipio a la empresa que se haga cargo, sin mermar la calidad del servicio, ha señalado el alcalde.
Cuando llegó a la alcaldía, ha dicho García-Page, se encontró con un contrato en el transporte que significa que con independencia de que suba o no viajeros la empresa cobra por kilómetro aunque vaya vacío y se ha preguntado donde está el riesgo empresarial.
La subvención que recibe la concesionaria del transporte del Ayuntamiento de Toledo es superior a los cuatro millones de euros anuales, ha señalado.