Toledo es una gran escenario para todo tipo de acontecimientos, también para pedidas de mano. Así lo pensó Julio, un tinerfeño que visitó la ciudad junto a su novia, Susana, y que quiso aprovechar la oportunidad para pedirle que se casase con él.
El «celestino» fue la empresa Rutas de Toledo (www.rutasdetoledo.es), que tras un correo enviado por Julio se puso manos a la obra para proponerle un marco incomparable en el que protagonizar este momento tan especial. El lugar no fue otro que una cueva privada en el barrio de San Miguel y acompañados por otros 80 asistentes a la ruta nocturna.
Las palabras de Julio -de rodillas, como manda la tradición- empezaron a sonar en la cueva para sorpresa de todos, sobre todo, para sorpresa de Susana, y llegaron a arrancar más de una lágrima. Por su puesto, la novia dijo «sí».
Desde Rutas de Toledo, explican que no es la primera vez que les solicitan un servicio tan peculiar, «hace poco hubo otra pedida de mano en la misma cueva».