Carlos Yepes, el inspector de Policía que ha perseguido a Jonathan hasta la saciedad.
Es «el Jonathan«, pero no, no… No es el de la famosa serie de televisión «Aída». Este pertenece a la vida real, es toledano, no llega a los 30 años y, ojo al dato, es el autor de nada más y nada menos que… ¡1.000 estafas por internet! Olé. De las que se calcula que ha conseguido la nada despreciable cantidad de 100.000 euros de beneficio. Hasta que se topó con el verdadero protagonista de esta historia, un policía nacional que junto a su equipo le siguieron el rastro, le encontraron y…
…Y le echaron el guante, que es como generalmente terminan estas historias entre buenos y malos. Hablamos del inspector Carlos Yepes, jefe del Grupo de Investigación de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional de Toledo, y esta historia se remonta a dos años atrás, cuando a raíz de una denuncia que se interpuso en algún lugar de España se descubrió que el autor de las citadas estafas era natural de la capital regional y que, por lo tanto, podía actuar desde Toledo.
VENDÍA TELÉFONOS MÓVILES DE ALTA GAMA A 200 EUROS QUE COBRABA Y… NUNCA ENTREGABA
El método que utilizaba era muy sencillo. Bueno, sencillo para quien no tiene escrúpulos en hacerlo. Vendía teléfonos móviles de alta gama a través de internet al módico precio de 200 euros la pieza, pero una vez que tenía en su poder el giro bancario que le había remitido el cliente, éste jamás recibía el teléfono que había adquirido.
Por lo que se le detuvo. Básicamente porque no tenía ningún reparo en estafar utilizando su nombre y sus apellidos. A pesar de ello, Yepes y su equipo vivieron conectados a los ordenadores prácticamente día y noche y estudiaron de forma minuciosa todo lo que rodeaba este caso. Hasta que llegaron a él.
«Le detuvimos», tal y como relata el propio agente a encastillalamancha.es, «reconoció los hechos y alegó problemas de ludopatía. No actuaba solo, ya que empleó a su padre, a un hermano y a varios amigos para que realizaran las labores de cobro».
Al no ser un delito de entidad, Jonathan salió en libertad una y otra vez. Así hasta en tres ocasiones. Pero cada vez que pisaba la calle se lanzaba, erre que erre, a continuar con su «oficio». La Policía llegó a pedir al servicio de Correos que bloqueara la posibilidad de que pudiera recibir giros. Pero la tecnología no tenía secretos para él, porque dejó de percibir giros, sí, pero se pasó a las cuentas bancarias.
Llegó un momento en el que las estafas eran tan numerosas que le enviaron a prisión provisional durante una temporada, pero no estuvo ni un año.
Y volvió a lo suyo, claro. En una segunda etapa, Johathan lleva ya más de 30 denuncias. Por lo mismo. La última vez que se le detuvo estaba en Pamplona y le volvieron a llevar a prisión…
Ahora…
CRUZ BLANCA AL MÉRITO POLICIAL PARA EL AGENTE CARLOS YEPES
Pues ahora la historia de Jonathan se repite una y otra vez. A pesar de los continuos «yo no he sido» o «no voy a volver a hacerlo» que les cuenta a los agentes, ya «amigos» suyos. Su problema es la ludopatía, porque todo lo que conseguía se lo gastaba en las máquinas, calculen unos 2.000 euros cada tarde, «porque cuando fuimos a su casa para registrarla nos dimos cuenta de que se caía a trozos y vivía casi en la miseria, jamás hacía ostentación de lo que conseguía».
Pero su historia ocupó durante horas y horas a la Policía Nacional toledana. «Nos mandaron denuncias de toda España y tuvimos que ir relacionando hasta que llegamos a la misma persona». Lo que le ha valido a Yepes que le fuera otorgada, durante la celebración del Día de la Policía, la Cruz Blanca al Mérito Policial. Al menos el trabajo ha merecido la pena.
Por cierto, la Policía no nos facilitó el nombre de Jonathan, pero en internet fue fácil descubrir su identidad. Tiene numerosos «amigos» que advierten de la estafa que han sufrido en sus manos e incluso alguno que otro le dedica ciertos calificativos.
Real como la vida misma.