14 niños ucranianos con sus madres ya vienen para Toledo: Son cuatro amigos toledanos, que se conocieron en el trabajo. Estaban viendo la tele en el bar, que informaba de la guerra en Ucrania. «¡Qué pena!» se lamentaban. Hablaron de ir a ayudar. «¿A qué no tienes cojones?», le espetaron los amigos a Iván Arias Guijarro, de Recas (Toledo), que trabaja en el sector inmobiliario.
«¿Que no?», contestó quien en ese momento no tenía ni una mala furgoneta que echarse en el viaje. Sus amigos sí tenían, una, por el trabajo (uno es electricista, otro trabaja en la construcción., y todos relacionados con el sector inmobiliario).
Pues que Iván, de Recas, tuvo los «cojones» de hacerse con una furgoneta, que sumaron a la que tenían sus amigos, los hermanos Antonio y Carlos Canorea Ortega, y Tomás, los tres toledanos.
Y manos a la obra. Vía redes sociales llenaron dos «furgos» con enseres, pero podían haber llenado otras tres más, con comida (garbanzos, lentejas…), ropa de abrigo, juguetes para los niños, medicinas, pañales…
«A través de las redes, con la ayuda de mi familia, llenamos la bodega y el resto de mi casa. Y a mi mujer le dije: que mañana me voy. ¿Estás loco o qué?, me respondió. Y lo hicimos. Una locura, pero lo volvería a hacer», relata Iván.
Los cuatro amigos partieron el pasado jueves. En el momento de hablar con Iván, este domingo por la mañana, ya habían repartido los enseres en Ucrania, con 13 niños y sus madres a bordo, y se encontraban en Varsovia (Polonia), en cuya estación central habían quedado con otra madre y su hijo. «No llevan nada, nada de nada, todo esto es muy feo», comenta Iván.
Una vez en España, dormirán en Barcelona, donde Iván tiene un amigo que no le va a cobrar.
Recogía a un niño con síndrome de down
El requeño, en el momento de hablar con él, estaba recogiendo a un niño con síndrome de down del que nadie quería saber nada desde hacía 15 días. Habló con varias asociaciones y se lo trae para España.
Cuenta atropelladamente que el viaje ha sido «una locura». Les paró la Guardia Civil (por el gran peso que llevaban, pero una vez que dijo adónde iban, se solucionó), han tenido que pagar en muchos peajes (menos en Polonia), pero ha merecido la pena. Las penas, algo aliviadas, de 14 niños con sus madres rescatadas por la solidaridad de unos toledanos «con un par…», cuyos redaños nacieron en la barra de un bar.