«Tengo dos hijos, dos pequeños de 5 y 3 añitos. Son mi alegría, mi amor, mi mundo… no soy demasiado original, la verdad sea dicha, porque cualquier padre o madre, con la cabeza y el corazón sanos, tienen esos mismos sentimientos hacia su propia prole.
Lo dicho, como cualquier madre de este país deseo lo mejor para los míos. Y hasta hace bien poco teníamos una Sanidad que les protegería llegado el momento y una Educación que les abriría todas las posibilidades, ambas gestionadas desde lo público con criterios de equidad, calidad e igualdad de oportunidades para todos.
Desde el nacimiento de mis hijos estoy ahorrando para las carreras universitarias que algún día me gustaría que hiciesen. En principio lo hice porque me lo impuso el banco para darme la hipoteca ¡Y mira que me fastidió ‘pasar por el aro’! Sin embargo, ahora, y por desgracia, agradezco esa «imposición» porque es un buen seguro ante un futuro más que incierto.
Esto me da que pensar… Cuántos padres y madres hoy no pueden proporcionar una carrera a sus hijos porque ellos están en paro, porque las tasas suben, porque las becas bajan. ¿Qué sentido tiene dejar en la cuneta a miles de jóvenes que hoy no pueden acceder a una universidad que pagamos entre todos?
Soy fruto de esa universidad que le dio la oportunidad a miles de jóvenes que, como yo, éramos hijos de familias humildes, que sin la existencia de una Universidad en Castilla-La Mancha y de unas becas adecuadas no hubiéramos tenido acceso a una formación universitaria. Siendo la mayor de seis hermanos, hija de un camionero y de una esforzada autónoma con un pequeño negocio de pueblo, imaginen de qué otro modo hubiera podido estudiar.
Creo que hay fórmulas, sinceramente lo creo, que podrían evitar la expulsión de miles de jóvenes prometedores de la universidad. Creo que falta compromiso por parte de María Dolores de Cospedal y de su gobierno. Creo que tanto recorte e incumplimiento acabará por revelar la incompetencia de una presidenta que ni está ni se le espera por Castilla-La Mancha.
Pero, sobre todo, creo en la justicia y en la necesidad de pelear por quien no tiene oportunidades para que las pueda tener. Esto nos convertiría en una sociedad más igualitaria, más equitativa y, en definitiva, con la cabeza y el corazón más sanos. Sin embargo, todo apunta en sentido contrario, todo apunta a que nuestros hijos cada vez lo tendrán más difícil, a que tendrán un futuro más incierto.
Por esta razón, en este momento sólo puedo desear que no olvidemos de dónde venimos para tener claro hacia donde queremos llegar, y así terminar enderezando un rumbo a todas luces equivocado».
Blanca Fernández, secretaria de Organización del PSOE provincial de Ciudad Real.