La campaña secundada por miles de personas para recoger chapas y tapones que financiaran el tratamiento de un niño con un tumor cerebral que falleció hace dos semanas permitió abonar algunas facturas, pero varias promesas de solidaridad incumplidas han acentuado la «ruina» en que ha quedado su familia.
Mercedes López, una familiar del niño, ha explicado a Efe que los futbolistas Gonzalo Higuaín y Miguel Albiol y el tenista Rafael Nadal, con una raqueta donada, figuran entre las personas que respondieron a la campaña, en la que, sin embargo, varias empresas han incumplido su promesa de ayuda.
Álvaro, de seis años, falleció el pasado 4 de octubre en la clínica madrileña de Montepríncipe como consecuencia de un meduloblastoma -un tumor maligno- que le fue diagnosticado a los 19 meses y del que fue tratado en esa clínica después de haber sido atendido en Albacete y «desahuciado» -no tratado- después en la Seguridad Social en Madrid.
Según la familiar del menor, el hospital público madrileño al que había sido remitido Álvaro dijo que «no había tratamiento» para la enfermedad del niño y que había que parar.
Mercedes explica que la Seguridad Social ofreció quimioterapia paliativa para el niño en Albacete pero su madre encontró en el centro privado Montepríncpe de Madrid a una médico especialista que le trató durante dos años, con ingreso no continuado.
La alarma por la salud del niño y por las dificultades económicas que tenía su familia para afrontar el tratamiento médico saltó en Internet tan pronto empezó el tratamiento en la clínica privada madrileña.
Ante la merma de los recursos familiares y las peticiones de ayuda, dos mujeres, Yoli Arranz y Azucena Alonso, activaron por su cuenta el grupo «Tapones y chapas» de la red social Facebook.
La llamada a la solidaridad corrió como la pólvora en Internet y miles de personas se pusieron manos a la obra para recoger tapones de plástico y chapas metálicas para convertirlos en dinero que pudiera financiar la hospitalización y cuidados médicos de Álvaro.
Cada tonelada de chapas y tapones se paga por las empresas de reciclaje a alrededor de 200 euros, por lo que estas dos mujeres iniciaron una campaña y lograron acumular en dos puntos de recogida -el garaje de la casa de Yoli Arranz y el de los abuelos de Álvaro, en un municipio de Albacete- miles y miles de tapones y chapas.
La campaña en Internet, promovida para poder pagar las facturas surtió el efecto deseado y miles de personas anunciaron su deseo de ayudar así como dos empresas transportistas, señala Mercedes.
La generosidad de las personas solidarias permitió pagar una buena parte de la factura del hospital, que ascendía a 120.000 euros, pero aún queda una deuda de 11.000 euros, de los cuales, según Mercedes, «8.000 o 9.000 euros se podrían pagar con el dinero de los tapones acumulados».
La familiar del niño cuenta que dos empresas de transporte incumplieron la promesa de recoger los tapones y que una de ellas, «quizás presionada por las protestas de muchas personas en su página de Internet», ha acudido a la localidad de Quijorna para recoger más de seis toneladas de chapas y tapones.
En esta operación de recogida, en una propiedad de una de las promotoras de la campaña de Facebook, ha colaborado «el Cuerpo de Bomberos de Brunete y muchos niños con sacos bolsas y garrafas».
Mercedes López dice que aún quedan 20 toneladas de tapones en una parcela de los abuelos de Álvaro, en Albacete, y espera que alguna de las empresas que se comprometieron a ello las recoja para poder convertir el plástico y el metal reciclado en el dinero para pagar a la clínica y los gastos del funeral.
La familiar del niño recuerda que durante la campaña hubo venta de pulseras y de lotería, galas, un espectáculo benéfico organizado por un grupo de baile, subasta de artículos diversos, y que en Albacete un grupo de peluqueros donó los beneficios de una jornada de trabajo para el tratamiento de Álvaro.
También ha dicho que la raqueta donada por Nadal será subastada, que un donante anónimo pagó la lápida para Álvaro y que al entierro del niño asistieron en Albacete unas 5.000 personas.