El empresario madrileño José Miguel Garrido es, desde anoche, nuevo presidente del Albacete Balompié, club cuyo primer equipo milita en Segunda división B, gracias al 83 por ciento de los votos que ha recibido en una Junta Extraordinaria de Accionistas en la que no se ha presentado otra candidatura.
Garrido ha agradecido a José Antonio Iniesta -padre de Andrés Iniesta y máximo accionista del club albaceteño- su apoyo, además de «su esfuerzo y su dinero» para evitar la desaparición de la institución castellano-manchega, y ha comunicado que se presenta para lograr «unidad» entre los simpatizantes del Albacete.
Además, ha añadido que lograr la continuidad de una entidad que cuenta con 8 millones de euros de deuda concursal supondrá «trabajo, esfuerzo y un coste económico que mi equipo soportará».
En su programa ha explicado que busca la «estabilidad financiera y económica» de la entidad albaceteña y para ello, ayer, ya confirmó que encargará una auditoría externa con el propósito de saber a qué debe atenerse el club en los próximos meses.
El principal objetivo, ha remarcado, es lograr el «ascenso a Segunda división A» para hacer «viable» a una entidad que, ha avanzado, tendrá que «renegociar la deuda» y que «convocaremos una ampliación de capital que, si no viene nadie, cubriremos nosotros», ha detallado.
En cuanto el apartado deportivo, ha anunciado que «no habrá cambios». «Seguirá el mismo cuerpo técnico y una plantilla en la que confiamos, a no ser que el entrenador entienda que hay algo que mejorar y, en ese caso, nos reuniremos para ver si podemos satisfacer sus peticiones», ha declarado.
En la Junta de Accionistas se ha despedido el Consejo de Administración saliente que presidía Vicente Ferrer de la Rosa, toda una institución en el Albacete que se retira tras 37 años de servicio al club albaceteño y que ha sido despedido por una inmensa mayoría de accionistas que se ha puesto en pie para aplaudirle durante varios minutos.