Andriy Datsko es otro de los muchos residentes españoles que proceden de Ucrania y que viven desde el 24 de febrero con el corazón en un puño. No por él, que lleva desde el año 2001 en el país, primero en Alicante y después en Toledo, sino por toda la familia y amigos que allí le quedan y que atraviesan una invasión sin precedentes. Lo han perdido todo.
Se vino a España con 23 años
Lleva desde los 23 años en España, ahora tiene 43 y se vino con su madre «en busca de una vida mejor». Se ha casado en Toledo «mis niños también han nacido aquí» y tiene una empresa en el polígono industrial de la capital. «Voy a Ucrania una vez cada 3 años», en concreto a la ciudad de Lviv o más conocida entre los españoles como Leópolis.
Es la sexta ciudad más poblada de Ucrania y la forman más de 700.000 habitantes. Se encuentra a apenas 70 kilómetros de la frontera con Polonia, y es el camino por excelencia que han elegido la mayoría de mujeres y niños para irse del país.
Su madre reside en España pero se encuentra en Lviv
En enero, la madre de Andriy viajó hasta Lviv para visitar a su hija y sus cuatro nietos que viven allí. «Vimos que la tropa estaba en la frontera, pero pensábamos como todo el mundo, que no iban a entrar». Ni ella ni su familia intuían que la «guerra» les estaba pisando los pies.
El 24 de febrero llegaron los bombardeos, las destrucciones, las sirenas antiaéreas… y las infinitas colas de «kilómetros y kilómetros» para poder cruzar la frontera a pie. Así que, la madre de Andriy decidió quedarse en Lviv «mi madre decía que tiene 70 años, y que aunque no quiere que le pase nada, prefiere que salgan antes las mujeres y los niños». Y así fue.
Su hija y 4 niños se dirigieron a la frontera andando y cuando llegaron a Polonia «llegaron unos voluntarios polacos y les llevaron a una ciudad cerca de Varsovia». Una vez allí encontraron un autobús de voluntarios que «venía a Madrid». Cuando llegaron a la capital de España «yo lloraba, y el amigo que acompañó también, veías a los niños chiquititos, cansados…».
Ahora viven en Toledo, pero necesitan un piso
«Aquí en Toledo están en casa, pero tenemos 3 dormitorios y somos 9 personas. 6 niños y 3 adultos, estamos buscando un piso… «. Además, su sobrina tiene cuatro hijos y uno de ellos sufre autismo por lo que es muy complicado llevar el día a día con ocho personas alrededor. «Ya están apuntados al colegio y mañana tienen que ir a la Policía para renovar el pasaporte y hacer el empadronamiento».
Falta el pilar fundamental: la madre
No dudo en preguntarle, ¿qué pasa con tú madre? Su progenitora que sigue en Lviv ya tiene comprado el viaje a España en autobús para el 6 de abril. ¿Por qué no ha venido antes? «Porque había mucha cola y mi madre prefería que pasaran otros».
Pronto, en apenas unos días y si el destino les acompaña, la familia al completo estará en España creando una nueva vida y recordando la que antes tenían. «Mariúpol está destrozada y la gente ha tenido que salir corriendo» asegura Andriy. Él y un grupo de amigos en el polígono de Toledo han creado un grupo de voluntarios para recoger materiales, después lo llevan a Madrid y «desde ahí lo mandan a Ucrania».
También nuestro entrevistado se ha ofrecido como traductor a diferentes organizaciones, ya que mucha gente llega a España sin saber hablar un idioma que no es el suyo. «Putin nos ha hecho mucho daño… irreparable» termina diciendo este ucraniano – toledano.