martes, 24 de septiembre de 2024
para cobrar sus indemnizaciones por despido 31/10/2013junio 12th, 2017

Cinco extrabajadores de ‘Guitarras Manuel Rodríguez e Hijos’, una empresa artesanal de guitarras de fama mundial radicada en Esquivias (Toledo), han solicitado judicialmente el embargo de la empresa para poder cobrar al menos una parte de sus indemnizaciones por despido.

Según informa en un comunicado CC.OO., las catorce personas que se mantienen en la plantilla empiezan a acumular impagos en sus nóminas.


La tercera generación de una empresa artesanal de larga tradición y prestigio mundial esta a punto de acabar con una dinastía que se remonta al Cádiz de finales del siglo XIX, donde nació el primer Manuel Rodríguez que se convirtió en luthier en 1905, cuando empezó como barnizador en talleres ajenos.

La primera guitarra con la firma de Manuel Rodríguez se vendió por 500 pesetas tras la Guerra Civil.

Los Rodríguez marcharon en la postguerra a California, donde abrieron su propio taller de luthería, en la ciudad de Los Ángeles y viajaron y vendieron guitarras por todo el mundo, hasta que en 1994 Manuel Rodríguez II abrió fábrica en Illescas, trasladada después a su actual emplazamiento en Esquivias.

Hasta aquí, los sucesivos Manuel Rodríguez construyeron un prestigio, una firma y una empresa reconocidos internacionalmente, exhibieron sus guitarras en las ferias más importantes del mundo, proveyeron de guitarras a los más grandes guitarristas e, incluso, aportaron una innovación de éxito, el puente móvil.

«Nadie duda de que los hijos hayan hecho dinero, pero, no han sabido gestionar la empresa sino descapitalizarla y tampoco han sabido, siquiera, mantener la herencia de prestigio y gestión comercial, laboral y empresarial de su padre, sino dilapidarla», según afirma Antonio Alonso, responsable de Fecoma-CC.OO. en Toledo.

Ahora, cinco trabajadores han solicitado, a través de la asesoría jurídica de CC.OO. de Toledo, el embargo de la empresa para poder cobrar al menos una parte de lo que se les adeuda tras haberla abandonado; mientras otros catorce trabajadores siguen yendo cada día a la fábrica de Esquivias pero empiezan a acumular meses sin cobrar.

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