De las 150.000 personas con discapacidad empleadas, 10.000 tienen que trabajar en otra región distinta a la que viven -el 6,4 por 100-, según el informe «La movilidad regional de los trabajadores con discapacidad», que indica que esa tasa es muy superior en Castilla-La Mancha, en concreto del 13,8 por 100.
El estudio, realizado por la Fundación Randstad, explica que La Rioja, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Navarra son las comunidades autónomas con un índice de movilidad más elevado -por encima del 8 por 100-, mientras que las regiones que reciben más profesionales con discapacidad son Madrid, Cataluña y País Vasco.
A partir de una encuesta realizada a diversas empresas del panorama nacional y los datos oficiales de contratación de trabajadores pertenecientes a este colectivo del Servicio Público de Empleo Estatal, el informe analiza las circunstancias laborales de los profesionales con discapacidad.
Destaca que en el último año, la tasa de movilidad de las personas con discapacidad ha aumentado un 3,7 por 100, situándose en el 6,4, que en el mercado laboral nacional se eleva al 11,92 por 100.
Esta diferencia está provocada por las particularidades propias de este colectivo, que precisan de mayor apoyo económico, social y familiar, explica el informe, que aclara que se considera movilidad interprovincial cuando el domicilio del empleado y su lugar de trabajo se encuentren en diferentes regiones.
La comunidad autónoma con la tasa más elevada es La Rioja, ya que el 15,4 por 100 del total de sus contrataciones conlleva desplazamiento de sus trabajadores; le siguen Castilla-La Mancha, con 13,6 por 100, Castilla y León y Navarra, ambas con una tasa en torno al 8,3 por 100.
A 31 de diciembre de 2012, hay 150.278 personas con discapacidad ocupadas, de las que casi 10.000 han tenido que cambiar de región para incorporarse al mercado laboral.