Los primeros turistas pasean por la plaza del Ayuntamiento de Toledo en una tarde donde al calor primaveral ya empieza a hacer mella en los cuellos. Marciano Saavedra está sentado en una de las sombras de la plaza con su guitarra personalizada, su chupa vaquera y su camiseta con la lengua afuera. Si uno de los lemas del rock and roll es la actitud, él la tiene, de lejos, como demuestra ante la cámara de Rebeca Arango.
Fotos: Marciano Saavedra, el ciudadrealeño que se fuma la vida a través del rock
Marciano Saavedra presenta Retroemergente 2020, un álbum con once cortes lleno de influencias a los sonidos más rockeros, del sureño al rock clásico, pasando por los pasajes recitados. Encastillalamancha.es ha podido hablar con Saavedra sobre qué se esconde detrás de un álbum y por qué Castilla-La Mancha tiene ese aire de «oeste».
De «Forajido» a Marciano Saavedra
Marciano Saavedra comenzó su andadura musical a finales de los 90 con los Forajidos, el grupo con el que empezaron a desfogar, con «alma y corazón», tres chavales por los primeros locales de Ciudad Real. El sueño del trío acabó pronto y Saavedra dejó la música. «Después de haber apostado por el rock and roll me llevé tal desilusión que he estado 20 años retirado», reconoce Marciano Saavedra, sentado frente de la catedral de Toledo.
La hierba también crece en los cajones, como dice Quique González. Y los cajones de Marciano Saavedra han estado llenos de canciones durante 20 años. La música no es tan agradecida como puede parecer, pero al final siempre vence y los acordes volvieron a supurar por los poros de Saavedra, que no podía contener más esas voces. «Una vez, en un homenaje a la banda (Forajidos), me volví a subir al escenario, y me di cuenta de que yo no puedo estar sin tocar, sin sentir esa emoción. Ahí fue cuando volví a componer», confiesa Marciano. La hierba salió del cajón.
Retroemergente 2020, guitarras
Retroemergente 2020 es el disco que presenta el músico ciudadrealeño. Un álbum grabado en Ciudad Real que entremezcla los sonidos más rock con melodías pop e influencias variadas. Pero, ¿a qué suena Marciano Saavedra? «Es rock, pero no me cierro a otros estilos». Más allá de las influencias, el elemento central de las once canciones del álbum son las guitarras (riffs, melodías y punteos). «Me siento cómodo con una guitarra. Para mí es como una novia, es fundamental».
No hay una forma de grabar un álbum, pero sí hay patrones. Lo más habitual es que el armazón de los discos se haya forjado en los directos donde las bandas se engrasan para después ir al estudio y grabar las nuevas canciones. Retroemergente 2020 no ha surgido así. «Yo he hecho lo contrario, por eso soy Marciano», dice con sentido del humor el músico ciudadrealeño. Primero grabaron el disco, después encontró a la banda que lo acompaña y ahora buscan subirse a los escenarios.
El «oeste castellanomanchego»
Castilla-La Mancha no es una tierra con un gran arraigo de rock, pese a que siempre haya habido grupos que han sobresalido. «Estamos en un una especie de oeste castellanomanchego, no tenemos muy claro que las bandas puedan salir adelante. Yo creo que se pueden hacer cosas importantes», dice Marciano, reconociendo la dificultad de que se reconozca el trabajo en la música como un oficio, más allá de una afición.
El reconocimiento lo ha encontrado en México, con un grupo de fans en redes sociales. «Es fascinante ver que te sigue gente del otro lado del charco. Nadie es profeta es su tierra y esta es una de las cosas que te dan fuerza para seguir adelante». Las canciones de Saavedra se escuchan en México, Paraguay y han llegado hasta Texas (EE.UU). En este 2022, Retroemergente 2022 espera llegar hasta los escenarios castellanomanchegos. Para que la hierba no vuelva a crecer y el oeste deje de ser tan árido, Saavedra quiere volver a sentir la emoción del directo.