«El Gobierno de España, en relación con el agua, que se retrate, en el compromiso con el Guadiana, que se ultime el proyecto de salvación del Tajo, si uno es coherente creando un Ministerio para la Transición Ecológica, si no cumple con lo que predica, se convierte en innecesario y estéril».
Así de contundente ha sido la presión que ha trasladado el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, al Gobierno de Pedro Sánchez, para que dé el visto bueno definitivo al nuevo plan de cuenca del Tajo, en el cual se implantarán por primera vez caudales ecológicos en el río Tajo.
El problema del agua «no se arregla con manifestaciones»
Y es que la problemática del agua, según ha dicho Page, «no es de sentimientos ni se arregla con manifestaciones, se arregla siendo coherentes».
Por ello, ha recordado que el mundo «va a necesitar el doble de agricultura, de ganadería, de piscifactorías, porque el mar no va a dar lo que necesitamos», pero todo ello teniendo en cuenta que hay que «hacer sostenible al planeta sin que la condición humana pierda condiciones de vida».
«Si se trata de volver a la edad de piedra, no existían los mecheros y habría que darle a los palos, si se trata de avanzar, que cada vez más gente viva mejor, hay que hacerlo en una dirección como nos permite la tecnología», ha recordado Page, quien ha invitado a hacer cada vez un mejor uso del agua, poniendo como ejemplo a la empresa que visitaba, Rivulis Irrigation, la cual se encarga de proveer soluciones para el riego por goteo.
En este sentido, el presidente regional ha ensalzado el papel de la UCLM, con la que firmará el 1 de junio un acuerdo de financiación de más de 1.000 millones, porque entiende que «han ayudado a desmontar falacias sobre el uso del agua, han demostrado cómo se mal usa en unos sitios y cómo se necesita en otros.
Page asegura que están centrados en la economía y no en «libretitas, policías mafiosos y corrupción»