Gallega de Gondomar (Pontevedra), pero toledana de adopción, puesto que 15 de sus 34 años han transcurrido en la capital de Castilla-La Mancha. Por cierto, que apareció por estas tierras por amor puro y duro, ya que Vanessa Veiga conoció y se enamoró (y viceversa) del también atleta Julio Rey allá por los años catapún, «en un cross de Palencia, luego coincidimos en algún campeonato de Europa y…». Y poco a poco hicieron los dos el camino. Están ustedes leyendo la Entrevista Irreverente de encastillalamancha.es.
Se ha metido entre ceja y ceja llegar a los Juegos Olímpicos de Brasil, en 2016, y correr la maratón. Pero entre entrenamiento y entrenamiento, todos los días y prácticamente los 365 días del año, le da tiempo a realizar una de sus aficiones favoritas, el punto de cruz. E incluso dedicarse a la fotografía. Si no fuera atleta… «Pues habría sido educadora infantil, me gustan mucho los niños».
Empezó a correr que se las pelaba a los 14 años. Y desde entonces, con un parón entre los 24 y los 30 para ser madre, fue campeona de España de cross en categoría junior, de 5.000 metros, de 10.000 metros en categoría promesa, de cross promesa, absoluta de maratón… Mejor que lo dejemos ahí.
Ahora le ha dado por hacer maratones como al que le da por comerse un dulce. «Claro que una maratón desgasta mucho, pero es una prueba mágica». Y en eso está, buscando marca para llegar a los Juegos…
Por cierto, con ese carácter tan fuerte que dice que tiene, lo de dedicarse algún día a la política… «No me gusta nada, cero, no serviría, soy de ideas demasiado firmes, mi forma de ser yo creo que no me serviría».
Lean, pero no corran por favor…
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Oiga, ¿pero no decían que eso de correr era de cobardes?
Ja, ja, ja… ¡Eso dicen! Pero no, no… Porque correr es sano, saludable y te enseña un montón de valores que a lo mejor en otras situaciones de la vida no te das cuenta.
Lo dejo todo para ser madre… Cuando digo todo me refiero al deporte. Entiendo que le ha compensado.
¡Todo, todo…! Por supuesto que me ha compensado. Ésa fue la mejor decisión que tomé en mi vida, gracias a Dios ahora soy de las poquitas afortunadas que pueden decir que enseña a sus hijos la verdadera esencia del deporte viéndole, no enseñándole videos. Ése es el mayor de mis triunfos y el que más me motiva.
Y de repente regresa a la competición y… ¡Gana la maratón de Madrid a las primeras de cambio! ¿Se lo esperaba?
Noooo… Esperaba hacerlo bien porque había entrenado muy bien. Sabía que podía estar entre las favoritas pero, claro, te enfrentas en la línea de salida a 42 kilómetros, en los que pueden pasar muchísimas cosas y luchas por ello. Pero hasta que no cruzas la línea de meta, como así fue, no te das cuenta de si puedes ganar o no.
¿Se lo creía?
Me lo empecé a creer cuando en el kilómetro 41 veía la estela de la primera y sabía que ella iba todavía peor que yo. Porque yo iba con las fuerzas muy justitas, pero ahí empecé a trabajar un poco más con la cabeza y a buscar mi táctica final de carrera para poder ganar yo.
En una maratón, 42 kilómetros, ¿qué puede mas: las piernas o la cabeza?
Las piernas suelen acompañar hasta el kilómetro 30 ó 35, y a partir de ahí la guerra es ya psicológica. De los últimos cinco o siete kilómetros te sueles encargar tú mentalmente.
¡Rumbo a Río! (A los Juegos Olímpicos de Brasil 2016).
¡Eso intentamos! En esa dirección remamos. Quiero llegar, claro. La mínima estará en torno a las 2 horas, 33 minutos y 30 segundos, pero la puedo conseguir hasta abril de 2016. Mi marca es de 2 horas, 32 minutos, 57 segundos y ahora estoy peleando por bajar de las 2 horas y 30 minutos, que creo que lo valgo y lo tengo en las piernas. Para ello hay que arriesgar. A veces cuando arriesgas te sale bien y otras te sale mal. El domingo, en Valencia, no tuve mi día y me salió mal, pero creo que es una marca que saldrá tarde o temprano, espero que más temprano que tarde, y nada, el día que salga será una gran marca, porque voy a seguir arriesgando hasta que lo consiga.
¿Entrena los 365 días del año, no perdona ninguno?
Hombre, alguno sí perdonas, pero bastante pocos, se cuentan con los dedos de una mano casi. Suele ser por vacaciones o por algo muy puntual, como lesiones o cosas que muchas veces no puedes controlar.
¿Quién ha sido la mejor atleta de todos los tiempos?
Yo creo que Marta Domínguez. Ha marcado un antes y un después en el deporte femenino.
¿Y el mejor atleta?
¡Mi marido, por supuesto! Ja, ja, ja…
¿Qué ha aprendido de su marido, Julio Rey?
Prácticamente todo. Le conocí siendo casi una niña y ha sido mi referente y quizás un espejo en el que me ha gustado mirarme desde siempre. Ahora, que hacemos la misma prueba, mi pasión por ella no sería la misma si no la hubiera vivido primero con él. Me ha enseñado a amar esta prueba y he aprendido, durante esta última preparación, la dureza y la forma tan estricta con la que siempre la ha vivido, que… ¡Me lo ha enseñado todo! Lo malo, lo bueno y lo regular.
¿Qué es lo que no se puede permitir una maratoniana que, por ejemplo, yo sí me puedo permitir? Comidas, tomar una copa…
Yo creo que si tienes los pies en el suelo y eres una persona tranquila, como lo soy yo, te puedes permitir todo. Porque todo tiene unos límites. Con moderación… Aunque las semanas anteriores a la prueba no es recomendable salir por la noche o acostarte muy tarde, pero si tú no eres una persona que normalmente lo hace… Yo soy una persona tranquila, mi vida es muy ordenada y soy muy metódica. Lo he sido siempre.
Kathrine Switzer, la primera mujer maratoniana que… ¿Qué le viene a la cabeza cuando se la cito?
La referente femenina en el maratón más importante que hay. Gracias a ella la sociedad se dio cuenta de que las mujeres tenemos el mismo potencial que los hombres, gracias a su lucha ha podido ser olímpica porque gracias a sus peticiones se incluyó el maratón femenino en los Juegos Olímpicos.
¿Que le dijo cuando estuvo hace unas semanas con ella?
Me regaló un coletero para el pelo que me dijo que me daría mucha suerte y mucha fuerza. Cuando hago entrenamientos de calidad o en las competiciones lo utilizo.
¿Casaría a dos personas del mismo sexo?
¿Por qué no? Síííííí…
¿Messi O Cristiano Ronaldo?
Ehhhhhhhh… ¡No soy de fútbol! Ja, ja, ja… Pero Messi, que está en Adidas. Ja, ja, ja…
¿Tiene algún parado en su familia o entre sus amigos? ¿Ha podido hacer algo por ellos?
¡Unos cuantos tengo y ojalá pudiera hacer algo! ¡Muy difícil!
Si fuera jueza, policía, banquera, abogada, cerrajera, funcionaria de Justicia… ¿Intervendría en un desahucio u objetaría?
Creo que objetaría.
¿Cuál ha sido su mayor locura por amor?
Puesssss… ¡Dejarlo todo, mi carrera deportiva! ¡Lo que hice! Ja, ja, ja…
¿Cuántos idiomas habla?
Uno. Bueno, y gallego.
Si mañana le tocara la lotería…
Dos cosas: la primera, solucionar los problemas de mi entorno familiar; y la segunda, donar una parte a Cipriano, el amigo de los pobres de Toledo, para colaborar con él porque son fechas y situaciones muy difíciles y seguro que este año tiene más problemas que los anteriores.
Si fuera presidenta del Gobierno de España, lo primero que haría sería…
¡Aprender inglés!
¿Existen los extraterrestres?
Hummmmmm… ¡Sí, ahí tengo uno! (Y señala a su marido, Julio Rey, que está con el ordenador a escasos metros de donde realizamos la entrevista, en el salón de su casa). Ja, ja, ja… ¿Fuera de la Tierra? ¡Yo qué sé! ¿Por qué no?
¿Por cuál de estas situaciones pasaría para ganarse la vida? Una, posar en top-less o hacer un desnudo integral para una revista; dos, posar para el calendario Pirelli; o tres, atender un teléfono erótico.
¡Las dos primeras! ¡La tercera se me daría muy mal! Ja, ja, ja…
¿Actuaría en una película porno?
¡No! ¡Pues porque no…! Por vergüenza, por todo… Ja, ja, ja…
¿Debería abdicar el Rey ya en el Príncipe?
Yo creo que sí.
¿Se ha pegado con alguien alguna vez?
Sí. ¿De mayor o de pequeña? ¡De todo! No de llegar a las manos, pero sí soy bastante follonera, se puede decir. Sí… Ja, ja, ja… ¡La follonera de Valparaíso! Ja, ja, ja… Soy una persona con mucho carácter y no soy de las que se calla. ¡No me callo nunca! Soy muy clara y se me ve venir.
¿Ha recibido propuestas sexuales de una persona de su mismo sexo?
No. Ja, ja, ja…
¿Se atreve a decir el lugar más raro donde ha practicado sexo?
Ja, ja, ja… ¡Nooo…!
¿No se atreve? Lo que no significa que no haya…
¡Lo que no significa que no haya! ¡Pero no te lo voy a decir! ¡Pero lo hay! Ja, ja, ja…