A la cantaora María Toledo le gustan los riesgos. Dejó su carrera de abogada para dedicarse a la música y no dudó en romper tradiciones y acompañar su cante del piano que ella misma toca. Así ha labrado un estilo personal que mañana une a la Orquesta de Córdoba para ofrecer «Con otra mirada».
Es el espectáculo con el que se cierra en el Gran Teatro Falla el X Festival de Música Española de Cádiz y en el que María Toledo estará acompañada en el escenario de medio centenar de músicos, bajo la batuta de Jesús Bola, que dirigió a José Monge «Camarón de la Isla» junto a la Royal Philarmonic Orchestra en «Soy Gitano».
Nacida en 1983 en la ciudad a la que le ha cogido prestado el apellido, María Toledo vuelve así a mezclar dos lenguajes con los que ha convivido desde niña, con su larga formación en el conservatorio y con la profunda afición familiar al flamenco y a grandes del cante como «la Niña de los Peines» o Manolo Caracol.
«Estamos en tiempos de unión, es todo música. Si todo en esta vida pidiera unirse como las músicas, el mundo caminaría mejor», dice, en una entrevista con EFE, esta cantaora, que no sabe ni quiere etiquetar su trabajo: «es flamenco como yo lo siento, con mi mirada», apunta.
Ha obtenido premios como el Novel del Festival Internacional del Cante de Las Minas, el Primer Premio Bienal de Cádiz o el Premio a los Cantes de Compás en Mairena del Alcor, y en el 2009 lanzó su primer disco, «María Toledo» y el año pasado el segundo «Uñas rojas», titulado así porque ella lleva siempre las uñas de este color, como un amuleto.
Para el concierto ha preparado un repertorio en el que incluirá «Con el tiempo» y «La del pelo alboratao», dos de los temas más exitosos de sus dos discos.
Y también homenajes a «Camarón de la Isla» y a Enrique Morente, dentro de un concierto en el que sus cantes recorrerán distintos palos con los que María Toledo mostrará su forma personal de entender el flamenco y de acompañarlo, no sólo con el piano, sino con toda una orquesta.
«Llevo un año trabajando en este concierto, porque es un reto. Un guitarrista te puede seguir el cante, pero cincuenta músicos es más difícil, hay que medirlo todo mucho», explica, mientras apunta que no descarta grabar algún día un disco sinfónico porque confiesa que tiene «una ambición sana» y no quiere dejar de «crecer musicalmente».
Mientras ha preparado este concierto, ha continuado con su gira, con sus últimas paradas en México e Italia y planea ya lo que será su tercer álbum.
Pero de él no quiere hablar aún porque quiere, dice, proteger su suerte.
Su concierto pondrá el broche final al Festival de Música Española de Cádiz, que durante diez días ha ofrecido más de 30 conciertos y actividades paralelas, entre presentaciones de libros, exposiciones en teatros, iglesias, bares y centros culturales de la ciudad en la que nació un mes de noviembre Manuel de Falla.