Abandonados, arruinados y sin ningún mantenimiento. Así se encuentran los tres edificios de Castilla-La Mancha que acaban de ser incluidos en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra y que recoge más de 1.100 monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores. Dos de los edificios están en la provincia de Toledo, concretamente en Villacañas y Tembleque, y otro en la ciudad de Cuenca.
Alcoholera de Ayuso en Villacañas (Toledo)
La Alcoholera de Ayuso, en Villacañas (Toledo), se encuentra en muy mal estado. Se ha derrumbado buena parte de la nave central, y la parte que aún se conserva tiene las cubiertas muy dañadas. La torre en su interior también está muy deteriorada.
A finales del siglo XIX y primeros años del XX se produce un salto espectacular en el proceso de producción que aborda la comercialización y distribución del vino, con lo que la escala de las instalaciones empezó a cambiar. La construcción de las líneas de ferrocarril y la introducción de las nuevas técnicas industriales en la elaboración del vino, explican la construcción de grandes edificios bodegueros, situados generalmente en barrios próximos a las estaciones ferroviarias -como en el presente caso- y, en ocasiones, con acceso directo mediante vías propias a las generales. En Villacañas, el punto de inflexión fue la construcción de la línea Madrid-Alicante, financiada por el marqués de Salamanca; de forma que, en 1937, existían 17 grandes complejos bodegueros, sin contar con las pequeñas bodegas domésticas.
Las alcoholeras se identifican por la presencia de una o varias chimeneas altas, algunas de las cuales se conservan aún fuera de uso, configurando un perfil singular en las ciudades. Junto a ellas se levanta, una torre de grandes proporciones y planta cuadrangular, que permite la condensación de los vapores alcohólicos. El proceso comenzaba en las bodegas, casi todas familiares, que estaban construidas con muros de piedra, teja árabe, entramado interno de madera de pino y tinajas de barro. Disponían de alambique, que destilaba el orujo, y de grandes tinas, donde los operarios las pisaban con los pies desnudos. El alcohol se almacenaba en unos pozos y se obtenían los llamados «lisos», un producto intermedio con graduación media de unos cuarenta grados que luego se vendía a las alcoholeras.
Casa de Postas de Tembleque (Toledo)
La Casa de Postas, en Tembleque (Toledo), la puerta principal y la fachada en torno a ella se encuentra en relativo buen estado, pero los tejados laterales se han hundido y el conjunto amenaza con venirse todo abajo. No se puede acceder al interior. No goza de ningún tipo de protección legal específica.
El edificio fue construido en 1777, año que aparece en una inscripción situada en la esquina superior derecha de la puerta principal. La función original de esta típica casona manchega fue la de aposento de las caballerías apostadas en los caminos para el servicio de los correos y también de otras personas. Posteriormente, se acondicionó como cuartel de la Guardia Civil. Asimismo, algunas estancias se alquilaron como viviendas. Por último, fue habilitada como Escuela Taller y ha sido utilizada como lugar de reunión de las distintas asociaciones existentes en la localidad.
Se trata de un caserón de planta rectangular de 60×40 metros cuadrados, estructurado en tres cuerpos y dos pisos. El cuerpo central, más alto, está compuesto por un portalón de entrada, prolongación de un arco escarzano, un amplio zaguán, el arranque de las escaleras y un espacio posterior. Los cuerpos laterales son viviendas y cuadras separadas por pequeños patios. Los laterales presentan gran número de ventanas y balcones.
Edificio de la calle los Tintes
Los propietarios del inmueble situado en la calle de los Tintes, 41, esquina con la calle Fray Luis de León, 1, de Cuenca, (el ayuntamiento de la ciudad desde 1943 y la Fundación Sánchez Vera desde 2009), nunca han realizado el mantenimiento regular y necesario del edificio, con su deterioro actual como consecuencia. Del mismo modo, tampoco han propuesto nunca un proyecto de su restauración y/o rehabilitación. Por último, la Fundación Sánchez Vera ha pedido permiso para la demolición del edificio y así construir uno nuevo. Ese expediente está en curso.
El valor de este inmueble reside en que es representativo de la transición entre la Cuenca antigua y la moderna, ya que su ubicación, en la calle de los Tintes, se encuentra entre el casco histórico de la ciudad y la parte más moderna, junto al río Huécar. Esta calle es conocida porque es donde, tradicionalmente, los artesanos tenían el taller para elaborar sus colores.
Se trata de un edificio popular de viviendas de construcción tradicional realizada con piedra, cal y madera con tejas de barro cocido y elementos de hierro. El inmueble se sitúa dentro de los
limites de la zona declarada Patrimonio de la Humanidad en 1996. Es de gran importancia por su singular arquitectura modesta conquense y por su ubicación. Está situado al lado del rio Huécar, que está por fuera de la Ciudad Alta, como enlace entre esta y la histórica Ciudad Baja. Es el único edificio en Cuenca con este estilo de fachada policromada, simulando un aparejo de sillería.
También cuenta con balcones con rejas de hierro de calidad.