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Artículo de opinión 06/12/2013junio 9th, 2017

«La fecha del 6 de diciembre de 1978 se erige en un lugar de honor en la Historia de España. Aquel día, el pueblo español ratificó en referéndum el texto constitucional que por primera vez en nuestra historia se hacía desde el diálogo y el pacto, y que ha supuesto el más largo periodo de democracia y prosperidad que se ha vivido nunca en nuestro país, España.

La Constitución del 78 supuso la reconciliación de todos los españoles, e hizo valer el espíritu de concordia y una apuesta inequívoca por el sistema democrático, tal y como recoge el artículo 2: La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.


Con ello, la Constitución trajo de la mano una fórmula valiente y novedosa que el tiempo ha revelado como un gran éxito colectivo: La estructuración del Estado en la llamada España de las Autonomías.

Gracias a esta innovación exitosa, Castilla-La Mancha es hoy una realidad, y podemos celebrar en 2013, conjuntamente con los 35 primeros años de la Constitución, los 30 primeros años de las Cortes de Castilla-La Mancha.

En aquella ya lejana fecha del 31 de mayo de 1983, tenía lugar en la iglesia de San Pedro Mártir de Toledo la sesión constitutiva de las Cortes de Castilla-La Mancha: Un acontecimiento que marcó un antes y un después venturoso en la historia de esta tierra y en las vidas de cuantos en ella habitamos.

Con su fórmula, todos los españoles hemos conseguido la vertebración solidaria de España en una unidad a la vez respetuosa con la diversidad y pluralidad de las autonomías que integran el Estado.

Por lo que a Castilla-La Mancha se refiere, aquel día de hace treinta años, las Cortes regionales dieron comienzo un tiempo en el que, por primera vez en nuestra historia, los castellano-manchegos tomábamos en nuestras manos las riendas de nuestro destino, nos marcábamos nuestros propios objetivos y decidíamos colectivamente el modo de alcanzar la prosperidad de nuestra tierra.

Cuando hoy asistimos al surgimiento de voces que proclaman la necesidad de reformar la Constitución de forma radical, debemos más que nunca detenernos a pensar en lo mucho que le debemos al texto constitucional de 1978, que ha sido capaz de mantener unidos y en razonable consenso a las gentes y los territorios de España.

Siempre dispondremos del referente iluminador de la Constitución del 78, cuyo espíritu de concordia, entendimiento y consenso deberíamos integrar en nuestro ADN de castellano-manchegos y españoles.

Espero y deseo, por el bien de España y de Castilla-La Mancha, que la luz de la Constitución del 78 siga iluminándonos en el futuro de la misma manera que ha iluminado los últimos treinta y cinco años de la Historia de España, y sigue iluminando nuestro presente.

Que esta festividad sirva para alentar en todos nosotros los valores de nuestra Carta Magna, cimiento de un camino solidario hacia metas cada vez más altas de progreso y bienestar».

Vicente Tirado Ochoa, presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha.

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