Comisiones Obreras denuncia la situación que atraviesan las personas temporeras, que un verano más han vuelto a la ciudad de Albacete para trabajar en la recogida del ajo, la cebolla y la patata. Según el sindicato, cerca de 500 inmigrantes están «malviviendo» en los asentamientos irregulares repartidos por el extrarradio de la capital, sobre todo en el camino de la Pulgosa y la carretera de Las Peñas, donde todavía queda una nave.
Insuficientes plazas en el seminario
Si bien es cierto que el Ayuntamiento, a través de un convenio con Cáritas y el Obispado, ha habilitado 50 plazas en el seminario para el alojamiento de temporeros, asociaciones y agentes sociales coinciden en que es «insuficiente».
«Están todas cubiertas y ya hay una lista de espera de cerca de 40 personas, no basta con esas 50 plazas, necesitan un campamento con condiciones de habitabilidad dignas, con baños, duchas y un espacio donde poder cocinar«, explica Miguel Ángel García, miembro de Colectivo Sin Fronteras.
«Este año se ha vuelto a demostrar que la oferta de espacios es insuficiente, así que seguimos un verano más con la vergüenza de contemplar día a día como viven estos trabajadores, en unas condiciones infrahumanas, rodeados de basura y animales«, lamenta.
«No tienen agua, ni duchas, ni frigorífico…»
Desde el colectivo visitan de manera regular los asentamientos, especialmente el que todavía queda en la carretera de Las Peñas, al ser el más numeroso, para hablar con sus residentes, conocer sus condiciones y poder trasladar la situación a las instituciones.
«Fuimos el miércoles y es horrible, son muchísimas personas, en la nave habría cerca de 100, además ya hay temporeros en la otra parte de la carretera, que es algo que otros años no había pasado. No tienen agua, ni duchas, ni frigorífico para poder guardar comida fresca, todo está sucio y no pueden descansar bien».
Preocupados por la ola de calor
Una situación que se ha visto empeorada, asegura, por la ola de calor. «Están viviendo en tiendas de campaña dentro de naves, el calor es insoportable, además, vienen de trabajar en unas condiciones durísimas bajo el sol, nos preocupa mucho que encima, cuando llegan allí para descansar, tengan que seguir soportando las altas temperaturas, es peligroso«.
Del mismo lado, Pedro Lozano, del Proyecto María Dolores Cuenca, ha denunciado la situación. «Ver como viven en esas naves, en plena ola de calor, es que se te cae la cara al suelo«.
Tanto sindicato como asociaciones demandan a las instituciones una mayor implicación, para poner solución a esta problemática que se lleva dando en Albacete desde hace 20 años.