La Diputación de Toledo y el Ayuntamiento de Rielves han puesto en marcha los primeros trabajos para recuperar el yacimiento de la Villa Romana “El Solado”, que fue descubierta en 1780 en la localidad toledana y que ha permanecido enterrada durante todos estos siglos.
Ha sido el alcalde de Rielves, Luis Vicente Arellano, y su equipo de Gobierno quienes han tomado la iniciativa de sacar a la luz los restos de esta villa romana del siglo IV y para ello han adquirido la finca privada donde están ubicados y ha contado con la colaboración del Gobierno de la Diputación de Toledo, que ha financiado las primeras actuaciones que se están desarrollando.
Ya se sabe la ubicación de las estructuras sin invasión
Concretamente, la Diputación de Toledo ha financiado el proyecto de “Prospección con georadar y sondeos” que se llevó a cabo en mayo y que ha determinado la ubicación exacta de las estructuras sin invasión del yacimiento, permitiendo una mayor precisión y planificación de los trabajos de decapado y sondeos que se están desarrollando en estos momentos in situ con la colaboración de la Junta de Castilla-La Mancha.
La vicepresidenta de Educación, Cultura, Igualdad y Bienestar Social, Ana Gómez, y la diputada de Educación y Cultura, Cristina Cebas, visitaban esta mañana el yacimiento de la Villa Romana “El Solado”, junto al alcalde de Rielves y el teniente de alcalde del Ayuntamiento, Diego Ralo, cuando se hallaba uno de los mosaicos que se sabía que existen en estos restos arqueológicos.
Se usó hasta la época visigoda
Precisamente, Luis Vicente Arellano manifestaba en ese momento a los medios de comunicación que “El Solado” es una “villa romana del siglo IV que se supone que estuvo en uso hasta la época visigoda y que está compuesta por distintas estancias en las que se ubicaron 19 mosaicos”.
Arellano explicaba que se trata de un yacimiento documentado desde el siglo XVIII, cuando Carlos III financió la campaña de excavaciones tras su descubrimiento en 1780 que certificó la existencia de 19 mosaicos y que diversas prospecciones en el siglo XX confirmaron su importancia.
“Sabíamos de la existencia de este yacimiento y siempre hemos tenido intención de recuperarlo, y para ello compramos en septiembre del año pasado la finca en la que está situado”, aseguraba el alcalde, añadiendo que estos primeros trabajos de recuperación “están siendo posible gracias al apoyo económico de la Diputación de Toledo y la colaboración de la Junta de Comunidades”.
Un apoyo de 16.000 euros
Ana Gómez afirmaba que “es un momento para felicitarnos y demostrar que el trabajo de las entidades locales con la recuperación del patrimonio va a contar en todo momento con la ayuda de la Diputación de Toledo”, como es el apoyo a Rielves con esos 16.000 euros que han permitido financiar el estudio del georadar.
Aludiendo al descubrimiento en directo de ese primer mosaico, la vicepresidenta de la Diputación aseguraba que “debemos felicitarnos todos como toledanos y toledanas, porque es nuestra cultura y, sin duda alguna, es nuestra historia y es la historia de Rielves”.
También agradecía el interés del Gobierno municipal que dirige Luis Vicente Arellano “de poner en valor y sacar a la luz esta Villa Romana que, por un lado, contribuye a recuperar el patrimonio de nuestros municipios y, por otro, puede actuar como foco de atracción cultural y turística de futuro para el pueblo de Rielves”.
Han trabajado 23 jóvenes del programa «Veranos Jóvenes»
Ana Gómez, Cristina Cebas, Luis Vicente Arellano y Diego Ralo tuvieron ocasión de felicitar a la arqueóloga que dirige la excavación y a los 23 jóvenes que participan en los trabajos de descubrimiento de la Villa Romana de Rielves y que forman parte del programa de voluntariado “Veranos Jóvenes” que desarrolla el Gobierno de Castilla-La Mancha.
Esta primera intervención en el propio yacimiento se inició el pasado 1 de agosto y los trabajos se desarrollarán durante dos semanas.
La historia del yacimiento
Según explicaba el alcalde de Rielves, en 1780 se encontraron los primeros restos de cimientos y mosaicos de una villa romana en la localidad y Carlos III financió la primera excavación del yacimiento que dirigió Pedro Arnal, director de arquitectura de la Real Academia de San Fernando. Una vez documentados los restos se volvieron a tapar y quedaron recogidos en un libro que incluía 19 mosaicos descubiertos.
Sería en ya en 1923 cuando Francisco Borja de San Román, delegado de Bellas Artes de la provincia de Toledo y director del Museo Arqueológico de Toledo, se interesó por el yacimiento, tras conocer el libro de Pedro Arnal, desplazándose al mismo y encontrando uno de los mosaicos. De nuevo se volvió a sepultar y quedó constancia del hallazgo en el artículo que publicó en la Revista de Arte de Toledo.
Se hicieron en décadas posteriores algunas prospecciones, siendo la más destacada la de 1968 que llevó a cabo el Instituto Central de Conservación y Restauración del Ministerio de Educación y Ciencia, que de nuevo volvió a dar fe de la existencia de los mosaicos y de la importancia del yacimiento.
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