Rafael Álvarez ‘El Brujo‘ ha reivindicado el teatro de calle desde las tablas del ‘Festival Celestina. La España de Rojas’. «Hay que hacer teatro en las plazas, y el que no valga, a funcionario».
El intérprete cordobés ha puesto el punto y final a su ‘Lazarillo de Tormes’ que ha representado la noche de este viernes en la Plaza Mayor de la Puebla de Montalbán (Toledo), tras recibir el premio del ‘Festival Celestina. La España de Rojas’.
Fiel a su apodo, y en lo que duró un partido de fútbol, ha atrapado al numeroso público congregado en esta emblemática plaza, en la que durante 23 años se ha representado otro clásico de la literatura, ‘La Celestina’.
«Catedrático» en la comedia del arte, ‘El Brujo’ ha jugado a improvisar, saltando cual juglar, de las desventuras de Lázaro a la crítica de la actualidad.
La inflación, Ayuso, Page… nadie escapa a sus mofas
La desbocada inflación, la reina Letizia, Fernando Simón, Juan Carlos I, Picasso, Emiliano García-Page, los sindicatos, los funcionarios, el «comunismo o libertad» de Isabel Díaz Ayuso y hasta los representantes institucionales que le precedieron en las tablas y le entregaron el premio, no han escapado de sus mofas.
Y es que ‘El Brujo’ ha ironizado con la duración de las intervenciones del alcalde, del representante de la Diputación y la consejera de Educación, Cultura y Deportes, que se demoraron 25 minutos en hablar, entre otras cuestiones, de apoyos institucionales y económicos al Festival de la Celestina.
«Es un momento mágico lleno de emoción. No me salen las palabras. A ustedes no les pasaba igual. Estoy dispuesto a empezar cuando ustedes quieran», les ha espetado en su salida al escenario donde ha recogido el premio.
«A los asistentes les ha quedado claro que trabajan por sus intereses. Que tienen un presidente que está ahí dándole que te pego….Me refería a García-Page…esto, a Pedro Sánchez«, ha dicho Álvarez, arrancando la primera ovación del público.
Todo ello en un escenario vacío, con el Palacio de los Condes de Montalbán de fondo. Su cero presupuesto en escenografía tan solo necesitó una bota de vino, una butaca que llegó a ser la punta de la Catedral de Toledo y un arcón, le llevó a retar a los actores de Hollywood a salir así de «desnudos» a las tablas. «George Clooney, anuncia ahora Nespresso, mamón».
Con su pócima de la risa, este profesional del monólogo fue capaz de girar en comedia el hambre y las despiadadas desventuras de Lazarillo, poniendo en pie a toda la plaza.
«Hagan como Lázaro, vivan sin miedo», ha concluido, extendiendo esta petición a los cientos de asistentes