Modelo de carné de la Asociación de la Prensa Toledana, del año 1926.
«Hoy miércoles, 1 de enero de 2014, se celebra un centenario que nadie ha festejado. La Asociación de la Prensa Toledana cumple 100 años. Una efeméride olvidada por una profesión que no atraviesa sus mejores momentos en nuestra provincia. Constantino Garcés, director del semanario La Campana Gorda, fue el primer presidente de nuestro colectivo. Es cierto que la actividad de la entidad no ha tenido continuidad a lo largo de este siglo y es dudoso considerar a la actual Asociación de Periodistas de Toledo como continuadora legal de aquella fundada hace cien años, pero quienes hoy trabajamos en los medios de comunicación sí debemos sentirnos herederos de aquella treintena de entusiastas compañeros que el primer día de 1914 se reunieron en la redacción de El Eco Toledano y aprobaron constituirse en asociación profesional. Por entonces, en la capital, se editaban más de una decena de periódicos.
A las tres de la tarde del 1 de enero de 1914, un amplio grupo de periodistas de nuestra ciudad reunidos en las oficinas de El Eco Toledano acordaron constituir la Asociación de la Prensa Toledana. Sus objetivos eran la defensa de los intereses comunes de la profesión y, también, «estrechar los lazos de amistad y compañerismo». Junto a estos fines corporativos, la nueva entidad aspiraba a trabajar por el bien común de la ciudad de Toledo. La Junta Directiva quedó constituida por Constantino Garcés, presidente; Virgilio Álvarez, vicepresidente; Julio González, interventor; Román Ariz, tesorero; Tomás Gómez de Nicolás y Clemente Álvarez Arenas, secretarios; y Antonio Piga, Saturnino Rodríguez Urosa y Cándido Cabello, vocales. Como primera sede social de la entidad se fijó la redacción de El Eco Toledano, en el número siete de la Plaza del Solarejo, siendo sus cuotas mensuales de cuatro pesetas.
Según el Reglamento aprobado, tendrían la consideración de socios fundadores todos los asistentes a la reunión citada, «más los directores, redactores y colaboradores asiduos de los periódicos de Toledo y su provincia y los que con anterioridad hubiesen ejercido el periodismo de un modo notorio, siempre que presentasen su adhesión en el plazo de un mes». Los fotógrafos también tenían acceso a la asociación.
La constitución de la Asociación de la Prensa fue un hito más en aquel primer tercio del siglo XX, período que debe ser considerado como la verdadera «edad de oro» del periodismo toledano. Mientras que en la mayoría de las provincias de lo que hoy conforman Castilla-La Mancha el origen del periodismo está ligado a la publicación de diferentes gacetas durante la primera mitad del siglo XIX, en Toledo no hubo en aquel tiempo más publicación que el Boletín Oficial de la Provincia. A partir de 1850, según ha puesto de manifiesto en sus numerosos estudios Isidro Sánchez Sánchez, máximo especialista en la historia y evolución de la prensa toledana, en la provincia proliferaron diferentes publicaciones periódicas como El Avisador, El Eco del Tajo, El Anunciador Toledano, El Correo de Toledo, La Ribera del Tajo, El Porvenir de Toledo, El Faro Toledano, La Moral, El Tajo, La Conciliación o La Constancia.
Estas publicaciones, en su mayoría de trayectoria efímera, marcaron el rumbo del movimiento periodístico en Toledo, que alcanzó su auge entre 1890 y los años previos a la guerra civil. En la ciudad se editaron decenas de diarios y semanarios con una gran calidad y una pluralidad ideológica tremenda. La Idea, de carácter republicano; El Castellano, editado por el Arzobispado; El Porvenir, órgano de los reductos carlistas; Heraldo Obrero o El Proletario, alineados con la Casa del Pueblo. También hubo publicaciones de carácter profesional como La Veterinaria Toledana, El Practicante Toledano o La Bandera Profesional dedicada a la enseñanza. Y junto a estas cabeceras destacaban otras con gran calidad técnica y apostando por la información gráfica entre las que destacaron Toledo y Castilla de Santiago Camarasa, El Castellano Gráfico o la imprescindible La Campana Gorda. Incluso, durante 1914 Juan Moraleda y Esteban fue responsable de una revista semanal dedicada a informar sobre las actividades del III Centenario de la muerte del Greco. A principios del siglo XX, en abril de 1904, ya hubo un primer intento de crear una asociación de periodistas que no fraguó, pese a los esfuerzos del propio Garcés y Federico Lafuente, director del Heraldo Toledano.
Durante los años siguientes a su constitución, la Asociación de la Prensa mantuvo una destacada presencia en la vida social toledana, promoviendo representaciones teatrales, bailes, actos culturales y colaborando en numerosas iniciativas benéficas. A Garcés le secundaron en la presidencia compañeros como Saturnino Rodríguez Urosa, Victoriano Medina o Manuel Conde.
Concluida la guerra civil (durante algunos meses del conflicto, la asociación incluso editó su propia Hoja Oficial del Lunes), el periodismo toledano se circunscribió a las redacciones de El Alcázar y Radio Toledo, así como corresponsalías de algunos diarios y agencias nacionales, destacando profesionales como Luis Moreno Nieto, Antonio de Ancos, Pepe Ponos, Eliseo Laguna, Juan Peñalosa y Maite Silva o Ángel Friginal. Hubo de esperarse hasta los años ochenta, con la recuperación democrática, para que comenzaran a proliferar nuevos medios: YA-Toledo, La Voz del Tajo, Radiocadena Española, Antena 3, La Región, El Día de Toledo (cabecera que se remonta hasta 1894), la delegación regional de la Agencia EFE o la revista Bisagra. Con este impulso, los profesionales toledanos relanzamos de nuevo nuestra Asociación bajo la presidencia de Álvaro Ruiz. Ahora, tras el dilatado mandato de Ismael Barrios, la entidad está dirigida por Rosa Nogués y tenemos ante nosotros el reto de iniciar una nueva etapa con el futuro desarrollo, si llega, del Colegio Profesional».
Enrique Sánchez Lubián es periodista y jefe de prensa del Ayuntamiento de Toledo.
Cándido Cabello (en el centro), director de La Justicia, comprobando una tirada de ejemplares en los talleres tipográficos de Rafael Gómez-Menor.