Cerca de 300 participantes disfrazados, entre ellos el torero Luis Miguel Vázquez y el ganador de la pasada Media Maratón, decana en Castilla-La Mancha, César Ovalle, corrieron la San Silvestre de Torralba de Calatrava por solidaridad y «para ganarse la torrija final».
En la prueba se entregó un cheque simbólico del dinero recogido en la inscripción para ayudar a familias necesitadas con lotes de alimentos, verdadero fin de la San Silvestre, a la alcaldesa, Teresa González, y la concejal de Servicios Sociales, Rosa González.
Torralba de Calatrava se convirtió en todo un alarde de imaginación de corredores populares de la provincia disfrazados de payasos, toreros de ficción y otros de verdad (como el diestro de Daimiel, Luis Miguel Vázquez, que lo hizo sin disfraz), guardias civiles, brujas, dráculas, pastores con ovejitas, duendes, cubos y Papá Noel, entre otros.
No había premios, sino regalos, y la prueba sénior la ganaron dos moraleños disfrazados de ninja y Papá Noel: Lorenzo González Piña y David Huertas Trujillo, que se fueron directos a las torrijas que la madre de Ángel Senén, coordinador de la prueba, había elaborado para la ocasión.
Los atletas sénior recorrieron 4,4 kilómetros en un circuito marcado que tiene salida y meta en la plaza de la Villa (la del Ayuntamiento), y los infantiles entre 450 y 900 metros, según elección.
Después de la carrera además de torrijas y mandarinas, hubo gachas, migas y cerveza para todos los participantes repartidos en diversos bares céntricos.