Cuando Amelia Cazorla Carvajal decidió llamar al programa de Televisión Española «Entre todos» su situación era desesperada. Con ella vivían dos de sus hijos. Una de sus hija, madre soltera y en paro, y su hijo, a punto de quedarse sin trabajo porque le cumplía el contrato.
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Pese a ser auxiliar de clínica y haber trabajado en la hostelería, se encontraba en paro y sin ninguna prestación económica. A ello se sumaba que no conseguía trabajo por más empeño que ponía.
«Vi el programa de la televisión y decidí coger el teléfono. Pensé que no me iban a llamar, porque tengo tan mala suerte…», recordaba Amelia a Encastillalamancha. Sin embargo, sí la llamaron y su vida cambió radicalmente.
Cuando llamó, ya le habían cortado el gas y había recibido el tercer aviso para pagar la luz. Dependía de Cáritas y de Cruz Roja para conseguir comida. Si bien, «no tenía para mi nieto ni un trozo de pescado o carne». De hecho, muchas han sido las ocasiones que se tuvo que ir a la cama diciendo que había cenado, cuando no era así, para que comiese el más pequeño de la familia. De hecho, Amelia recordaba que alguna que otra noche se ha ido a la cama con un vaso de agua, porque prefería dejar la leche para su nieto.
«Me he visto vendiendo libros, mis libros, por un euro». Todo sacrificio era poco para seguir adelante.
ENTRE TODOS
Al final, el pasado 4 de septiembre salió en el programa y «la gente súper solidaria», aseguraba esta mujer que está a punto de cumplir 52 años y que no quería dinero para estar bien cuatro días, «prefiero tener mis manos llenas de callos y poder decir que todos los días como un plato».
Contó su historia a toda España y toda España la ayudó. 130 personas colaboraron para que Amelia pudiese montar un negocio que le permita salir adelante. «Me ayudaron de todas partes de España», comentaba aún sorprendida por la solidaridad de la gente que colaboró con lo que podía, unos con 20 euros e incluso hubo quien la ayudó con 11.000.
Al final logró montar su bar en Toledo, en la calle Cadenas muy cerca de la Plaza de Zocodover. El bar se llama «Entre todos», como no podía ser de otra manera, y en una de las paredes están los nombres de todos y cada uno de los «socios-solidarios» gracias a los que se ha puesto en marcha este proyecto.
DETRÁS DE LA BARRA
Amelia ahora tiene un negocio con el que sacar a su familia adelante, le ayuda su hijo. Entre los dos proponen una oferta diferente para atraer a los clientes. En este sentido, la principal propuesta, «los metros» para beber cervezas, tinto… «Es mucho más barato y además te ponemos chopitos, croquetas, pizzas… Depende de lo que pidas».
Su deseo para 2014 es que, poco a poco, se vaya llenando de clientes.