Lorena López, hermana de G.L.R., el supuesto delincuente que falleció el pasado 23 de octubre al recibir un disparo procedente del arma reglamentaria de un guardia civil, ha declarado a Efe que «todo ha sido ocultar».
Lorena López ha explicado que el Instituto Armado no les informó de este hecho y que fue ella quien llamó al cuartel tras varias horas sin saber de su hermano por lo que, ha añadido, «me parece denunciable que enterráramos a mi hermano sin saber por qué había muerto».
«Nadie nos ha explicado nada, todo ha sido ocultar, por lo que ahora esperamos que nos digan algo y que se sepa qué ha pasado de verdad y que el responsable pague por ello», ha lamentado.
Ha esclarecido que «no nos avisaron de la muerte de mi hermano, nos enteramos porque a las 22:30 yo llamé a la Guardia Civil ante su ausencia y fue cuando me lo dijeron, y luego ellos llamaron a las 23:00 a mis padres, pero no nos avisaron por su iniciativa».
La hermana del fallecido se ha pronunciado así antes de entrar en los juzgados de Guadalajara, donde ayer declaró la madre como perjudicada y el guardia civil imputado por el disparo, y como testigos otro agente de la Benemérita.
Por su parte, el abogado de la familia del fallecido G.L.R., Francisco Lucas, ha declarado a Efe a las puertas de los juzgados que «esperamos que se aclare la verdad de lo ocurrido y que quien haya cometido un hecho delictivo sea quién sea que pague por ello».
«En el siglo XXI no se puede hacer un uso de las armas tan arrebatado e injustificado, como yo entiendo que se ha hecho en este caso, y matar a una persona que no tiene antecedentes penales, como se deduce de la instrucción, que iba totalmente desarmada y que estaba en ese momento huyendo o alejándose del lugar y que no era ningún peligro para nadie», ha añadido.
Lucas ha dicho que «la instrucción se está prolongando demasiado, empezó muy despacio porque hasta cuatro días después de los hechos apenas había noticias en el juzgado, todo estaba en poder de la Guardia Civil, solo se sabía que una persona había fallecido para que el forense se personara en el lugar de los hechos».
El letrado de la familia también ha criticado la versión inicial de la Delegación del Gobierno que «fue una comunicación equivocada y posiblemente intencionada», ha indicado, «porque se hablaba de la muerte de un joven que se había tirado por un puente cuando esto es totalmente falso ya que murió de un disparo por la espalda».
Lucas ha finalizado que «vamos a pedir que el máximo rigor de la ley caiga sobre el responsable y se le condene por homicidio».
Los hechos tuvieron lugar el pasado 23 de octubre en una nave del polígono industrial de Cabanillas del Campo, a 10 kilómetros de Guadalajara, cuando según denunciaron los empleados de la empresa, tres encapuchados entraron en el local con intención de robar.
Al ser sorprendidos por los trabajadores, los asaltantes hicieron un disparo al aire con una escopeta que llevaba uno de ellos, y que aún no ha sido encontrada, y emprendieron la fuga en un vehículo, que abandonaron poco después para continuar la huida a pie.
Uno de los supuestos asaltantes falleció durante la persecución policial al caerse por un barranco de unos cuatro metros de profundidad, aunque según la documentación judicial a la que tuvo acceso Efe, G.L.R., de 25 años, falleció a consecuencia de «un shock hipovolémico» (pérdida masiva de sangre) como consecuencia de «lesiones por arma de fuego».
En el acta de inspección ocular y levantamiento del cadáver consta, además, que «por debajo del omoplato izquierdo hay una herida de bala poco sangrante».
Ese mismo día se detuvo a otro de los supuestos atracadores, que fue ingresado en prisión, mientras que el tercero, hermano del detenido, se entregó voluntariamente unos días después y fue puesto en libertad provisional por el juez encargado del caso.