martes, 26 de noviembre de 2024
14/01/2014junio 9th, 2017

«La presidenta Cospedal ha anunciado, hace unos días, la decisión de su gobierno de ubicar en Puertollano el centro de investigación para el desarrollo de fuentes de energía alternativas. El proyecto de instalación de esta biorrefineria -‘proyecto Clamber’-, del Ministerio de Economía, con la participación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, sirve, ahora, al gobierno regional y al PP para corregir sus errores políticos y sus desatenciones ante el deterioro industrial de la comarca de Puertollano.

Toda inversión económica es bienvenida, toda decisión política para acometer proyectos en un territorio es obligatoria y necesaria; pero, en el caso que nos ocupa, hay que ponderar adecuadamente la repercusión que producirá la biorrefinería en el entorno socioeconómico de Puertollano. Es necesario, por lo tanto, no confundir la magnitud del proyecto, aunque es importante que se sume un proyecto más a la referencia de Puertollano como centro de investigación en energías, iniciado con el mandato de gobiernos anteriores.


El proyecto que se nos presenta requiere una explicación pormenorizada. No valen los trazos gruesos y propagandísticos. Es fundamental conocer en sus justos términos la aportación de la biorrefinería al desarrollo industrial y productivo de la zona; el empleo que se creará durante su construcción; el volumen de plantilla y los perfiles profesionales que requerirá para su actividad esta planta de investigación…

Puertollano ha sufrido y está sufriendo una profunda crisis industrial, con cierres de empresas y regulaciones, recortes e incertidumbres de futuro en otras, afectando a un ámbito territorial más amplio.

Un ajuste productivo consecuencia de la crisis económica, pero también consecuencia de las decisiones políticas de los gobiernos que no han entendido que un país, o una comunidad autónoma, sin industria no tienen futuro. Y eso nos ha pasado, nos está pasando.

Por ello, más allá de anuncios grandilocuentes y suministro de dosis de anestesia social, hay que emplazar al gobierno regional, a Cospedal y a su equipo, a la discusión sobre la industria y el empleo en Castilla-La Mancha, situación, presente y futuro.

No es cuestión de esperar a ‘impulsos’ externos, como el que acabamos de recibir con el proyecto de biorrefineria, darles la bienvenida su llegan y esperar que la ciudadanía, y la excesiva población parada, se cree unas expectativas excesivas. Ese no puede ser el camino ni la guía de acción de ningún gobierno.

Los gobiernos tienen la obligación de defender su tierra, su industria y su gente. Lo más exigible es pedirle que ese comportamiento lo mantengan desde el inicio del ejercicio de su mandato, sin esperar oportunismos de agenda electoral. Lo más reprochable es que haya desatendido, y desatienda, la reclamación de la ciudadanía, de sus organizaciones sociales o políticas, ante el desastre de una política económica e industrial que ha provocado paro, dolor y desesperanza.

La presidenta Cospedal, su gobierno, haría bien en no confundirse con la ‘bondad’ de este proyecto para la comarca de Puertollano; porque ni salda su cuenta con el abandono y su desprecio ante la fractura industrial que sufre la zona, ni la recuperación industrial que necesitamos se mitiga con este centro de investigación/ biorrefineria.

El gobierno regional tiene la obligación de ir más allá, y tiene que disponer voluntad y recursos económicos para reafirmar el potencial industrial de la comarca de Puertollano, ayudando a recuperar la actividad productiva pérdida y asegurando el mantenimiento de las industrias activas. Eso, todo eso, requiere un cambio de mentalidad, un cambio de política, el abandono de los recortes y del «austericidio»; y, sobre todo, que se apueste por la industria en Castilla-La Mancha, una apuesta que no aparece en ningún plan del actual gobierno autonómico».

Jesús Camacho Segura, Instituto de Estudios Sociales de CCOO-CLM.

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