viernes, 22 de noviembre de 2024
06/02/2012junio 14th, 2017
César del Río César del Río

¿Qué significa integración en el PSOE de Castilla-La Mancha? ¿Que tengan que trabajar juntos Emiliano García-Page y José María Barreda a partir de ahora? ¿Que los emilianistas, que han tenido que tragar quina durante los últimos siete años y que ni siquiera pudieron celebrar como a ellos les hubiera gustado el triunfo en las elecciones municipales de Toledo, se tienen que sentar a chatear con los barredistas como si aquí nada hubiera pasado? ¿Integración es que mientras Barreda y cía estaban en el poder despreciaban, personal y políticamente, a los de Emiliano y ahora, con el pie totalmente cambiado, tienen que ir todos de la mano?

¡Pues vaya castaña de integración!


No es de extrañar que hubiera caras largas, demasiadas, durante el fin de semana sevillano en la delegación de Castilla-La Mancha. Al menos en la parte de Ciudad Real, quienes apostaron por Carmen Chacón como única vía para seguir «en activo», que no activados, durante los próximos años. Y se electrocutaron. Dicen los que siguieron a pie de cancha el Congreso que solo uno de ellos, José Manuel Caballero, que tiene guasa la cosa, se mostró más afable y cercano con los toledanos en previsión de lo que pueda ocurrir en el futuro más cercano, que se decide en apenas un mes.

¿Por qué?

Pues porque el 24 y el 25 de febrero se celebra en Toledo el congreso regional donde, 100 por 100 seguro, saldrá elegido Page como nuevo secretario regional en sustitución de Barreda y por aclamación popular. Y una semana después llegarán los congresos provinciales. Como bien se pueden imaginar a estas alturas del relato, Caballero opta a ser el secretario provincial de Ciudad Real. Y nada mejor que las lisonjas a quien ahora ha cogido el PSOE por sus raíces y tratará de deshacer el tremendo entuerto en el que el expresidente y los suyos, y las suyas, les metieron.

Una región empobrecida, arruinada y con unas deudas dignas de un dirigente que ahora paga sus desmanes. Perdió las elecciones autonómicas, perdió las elecciones generales y pierde el Congreso Federal de su partido. Pero ahí le tienen, en el Congreso de los Diputados como un señor de la patria más. ¡Qué descarada es en ocasiones la política!

Es hora de que Page haga una limpia provincia por provincia, en especial en una, y deje la integración para mejor ocasión. No sea que la amabilidad de hoy se convierta en su suplicio de mañana.

Mientras, en el PP de Castilla-La Mancha tenían muy claro que, en clave nacional, les interesaba que ganara Alfredo Pérez Rubalcaba, por aquello de que representa más de lo mismo y es una vuelta a la época de los Felipe González, Alfonso Guerra y demás; pero en el contexto regional apostaban «a muerte» por Chacón, porque los «populares» no tienen un pelo de tontos y sabían que eso provocaría que Barreda seguiría tocando los michelines a Page. División de unos, ganancia de otros.

Cospedal-Page; Page-Cospedal, he ahí el asunto, amigos.

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