Domingo Ortega cumple 65 años. Hoy, miércoles 19 de octubre de 2022, se jubila. Toledano de Azucaica, que lleva muy a gala, los últimos 26 ha sido el ordenanza mayor del Ayuntamiento de Toledo. Previamente había estado siete años como administrador y gerente del Matadero municipal y otros siete en Tesorería. Ha conocido y trabajado para todos los alcaldes de la capital regional de la Democracia (luego resumirá qué piensa de ellos en unas pocas palabras), desde Juan Ignacio de Mesa, con UCD; hasta Milagros Tolón, del PSOE; pasando también por el PP.
He aquí la historia de una vida laboral entre bambalinas, siempre en segunda línea, salpicada de numerosas anécdotas, algunas de ellas rememoradas por él mismo en conversación con encastillalamancha.es, como las visitas del rey emérito o el robo de un kimono hace ya muchos años y que nunca apareció…
“Un ordenanza/subalterno tiene entre sus labores fotocopiar, repartir documentación, el control de las puertas, el control climático de las oficinas, la atención al público, la atención a llamadas telefónicas, el control de actos, el control de actividades extras en centros municipales, el control de la cita previa…”. En definitiva, las manos y los pies de la vida municipal de cada ayuntamiento y que, por lo general, nunca salen en los papeles.
Domingo Ortega, junto a Julio Iglesias. Archivo de Domingo Ortega.
«Llévame esto, tráeme lo otro… Todo el mundo quiere un ordenanza en su vida»
Domingo también lo define de una forma muy a la española, “un ordenanza es un empleado público que está para atender a la administración: llévame esto, tráeme lo otro, abre esa puerta… A los ordenanzas casi todos los compañeros nos subestiman en tanto que parece que no somos nadie, pero todo el mundo quiere un ordenanza en su vida: mándame, tráeme, ¡pero es urgente! En definitiva, un ayuntamiento sin ordenanzas no funcionaría”.
De hecho, reclama tanto el trabajo de los ordenanzas que “durante la pandemia y en los días que llegó Filomena (la nevada que sepultó la ciudad en enero de 2021) el único servicio que estuvo al 100% todos los días fuimos los ordenanzas, al pie del cañón, con nuestra mascarilla puesta, mientras que otros muchos compañeros, me atrevería a decir que no menos del 70 o el 80%, estuvieron en sus casas. Nosotros íbamos por responsabilidad”.
Y antes de seguir, una especie de ruego que me hace Domingo, “me encantaría que apareciera en este reportaje que nunca, jamás, quise hacer daño a nadie. Porque tengo la impresión de que ha habido algunas personas que no lo han visto así en estos últimos años y eso me duele”.
Reflejado queda…
Domingo Ortega, a la izquierda, en segunda fila, en una visita del entonces Príncipe de Asturias, la reina Sofía… Archivo de Domingo Ortega.
Gila, Julio Iglesias, Héroes del Silencio…
Entre las numerosas anécdotas que ha vivido, por ejemplo…
“Conocí a muchísimos ministros, jefes de Estado, embajadores, reinas… Y dentro de la diversidad de personas populares tuve la suerte de charlar, por ejemplo, con Miguel Gila, el Dúo Dinámico, Julio Iglesias, Alejandro Sanz, Ana Belén, Rocío Jurado, Norma Duval, Cruz y Raya, Los Pecos, El Último de la Fila… Por cierto, no todos son tan simpáticos y cercanos como aparecen en televisión”.
O una actuación que dice que no olvidará, la del grupo maño Héroes del Silencio, “15 minutos antes de empezar a tocar en la plaza de toros, uno de ellos estaba ebrio hasta no poder casi moverse. Cuando subieron al escenario… ¡todo maravilloso! ¿Qué hizo o tomó?”.
También ha estado en rodajes de películas (de hecho, Domingo lleva un actor dentro), como en 2003, cuando Toledo fue escenario de algunas escenas de “Te doy mis ojos”, de Icíar Bollaín, “charlé un buen rato con Luis Tosar y tuve que aconsejar a la directora acerca de cómo se montaba una boda civil en la sala capitular. Una escena que apenas eran unos pocos minutos en la película y que estuvieron dos días rodando”.
Domingo Ortega, junto a un grupo de compañeros del Ayuntamiento de Toledo. Archivo de Domingo Ortega.
Una rodilla en el suelo, el día que subió de madrugada al ayuntamiento…
Ojo a las visitas del rey emérito, “porque eran muy curiosas. Le he saludado tres veces y recuerdo que una vez se puso a saludarnos a los de protocolo, hace ya muchos años, y estábamos Lucía Arroyo, Enrique Sánchez Lubián… Nos pusimos en fila y Enrique estaba el último. Nosotros le dimos la mano, pero al llegar a Enrique… Este casi pone la rodilla en el suelo a modo de saludo. ¡Lo que nos pudimos reír después! Es que no sabía qué hacer, dijo… ¡qué cosas, ja, ja, ja…!”.
O ese día, hace ya unos lustros, que “me llamaron a la 1.35 de la madrugada, en un Corpus, y me dice un policía local que tenía que subir porque un concejal del PP, después de un acto de por la noche, quería entrar en su despacho a recoger una documentación que debía utilizar al día siguiente. Le dije al policía, mira, te digo dónde están las llaves y… Me contestó con un ¡tiene usted que subir! Efectivamente, subí, pero puse a caldo al policía. Es cierto que yo tenía dedicación exclusiva, pero subir de madrugada para abrir una puerta cuando le decía dónde estaba la llave…”.
No se le olvida cuando un alcalde «me pidió, en cierta ocasión, que el sillón presidencial solo se pondría en la Sala Capitular cuando celebrara algún acto el alcalde. Para el resto de concejales un sillón normal«.
Domingo Ortega, el último día que fichó en el Ayuntamiento de Toledo.
El día que alguien robó un kimono… y del que jamás se supo
Terminamos con la anécdota del kimono, “porque una vez, también hace muchos años, alguien robó un kimono que había regalado el presidente japonés. La prenda estaba en una de las vitrinas de Alcaldía y un concejal del PP, el mismo de la anécdota anterior, vino a mí exigiéndome que le explicara qué había pasado, como si los ordenanzas y las limpiadoras tuviéramos la culpa. Nunca se descubrió quién había sido ni apareció el kimono. Pero yo siempre defendí a mi personal y le dije que cómo se le ocurría decir semejante barbaridad”.
Y de los alcaldes y alcaldesa que han pasado por el ayuntamiento, ¿qué recuerda? ¿Cómo los definiría en varias palabras? He aquí sus respuestas.
Juan Ignacio de Mesa (UCD): «Educado».
Joaquín Sánchez Garrido (PSOE): «Cercano y nobleza».
José Manuel Molina (PP): «Reservado y prudente».
Agustín Conde (PP): «Buen orador».
Emiliano García-Page (PSOE): «Frescura y juventud».
Milagros Tolón (PSOE): «Trabajadora imbatible”.
«Hoy, tengo buena relación con De Mesa, Sánchez Garrido, Page y Tolón».
Domingo Ortega recalca que tiene «muy buenos recuerdos de algunos concejales. Valoro mucho la labor que hizo en su día Ángel Felpeto, entrañable, cercano, humano, fiel servidor… O Fernando Cirujano, Juan Ignacio de Mesa, Joaquín Sánchez Garrido, era otra época… Rafael Perezagua, Antonio Guijarro, Ángel Dorado, María José Rivas… Y en el gabinete, Francisco Armenta. Podría ponerte más, pero…».
Domingo Ortega, junto a Milagros Tolón, alcaldesa de Toledo.
«Pero, ¿qué he hecho mal, Domingo?»
En su cabeza, también las «48 horas ininterrumpidas que estuve en el ayuntamiento porque vino el señor Aznar en una visita oficial y se montó un numerito… Llegó un sábado por la tarde, todo el viernes preparándolo, la noche también y el sábado había una cena en el patio. Esto fue hace más de 20 años… Durante 48 horas no me dejaron salir, montar esto, lo otro… las luces, que ahora vienen los de megafonía, se montó un pifostio porque venía el señor Aznar…».
Ha estado presente en recepciones oficiales, «que recuerde… el actual presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, que ahora no tiene nada que ver con el que yo conocí; a príncipes, princesas, un montón de ministros, presidentes del Gobierno, a la jerarquía completa de la realeza española…».
Y grabado se le quedó cuando en 1995 perdió las elecciones Sánchez Garrido, «me lo encontré al día siguiente y se abrazó a mí llorando, ¿pero qué he hecho mal, Domingo? Le dije que la vida era así, que había pagado lo que había hecho mal Felipe González y todo lo que tenía su entorno. Aquel momento no se me olvidará en la vida, porque creo que no se hizo justicia».
Domingo Ortega, junto al mítico Federico Martín Bahamontes. Archivo de Domingo Ortega.
«No me hubiera importado ser concejal, un partido me lo planteó…»
Un ordenanza mayor a quien le encanta actuar. Sí, porque Domingo tiene, como uno de sus grandes hobbies, «ser actor. Me apasiona, aunque lo he tenido que aparcar por un problema en el ojo izquierdo. De hecho, íbamos a estrenar una obra muy divertida de Miguel Mihura el pasado 8 de julio, pero… Llevo 23 años haciendo teatro». E incluso participó en un programa que tenía Tele 5 hace años, «De buena ley».
Es su despedida, sí, «pero lo cierto es que presumo de tener muchos amigos y he sido siempre una persona muy cercana. No me hubiera importado ser concejal, en el noventa y pico un partido me lo planteó, pero dije que no. No me gusta lo de la pirámide hacia abajo, uno dice blanco y todo tiene que ser blanco».
Son las «memorias» de Domingo Ortega, «un toledano del barrio de Azucaica, de cuya asociación de vecinos fui vicepresidente durante seis años en los años 80″.
Domingo Ortega, junto a algunos de sus ya excompañeros. Archivo de Domingo Ortega.