viernes, 20 de septiembre de 2024
26/01/2014junio 9th, 2017

Cuando hoy lea estas líneas seguirá siendo general, ahora en la reserva, pero ya no será director del Museo del Ejército en Toledo, la culminación de su carrera, un batalla larga, difícil, que ha culminado con éxito y un gran botín: un museo que hoy es aplaudido por todos, pero que tuvo comienzos dificilísimos en el que le tocó mantener la posición contra viento y marea y con muchos elementos en contra.

Hoy, cuando lea estas líneas, se le agolparán sensaciones, emociones y recuerdos. Y creo que, por encima de todos ellos, se dibujará una amplia sonrisa, la de la satisfacción del deber cumplido como protagonista de una carrera militar vivida en cuarteles, con misión de paz en Bosnia, años de enseñanza en la Academia de infantería de Toledo y una despedida por la puerta grande como director del Museo del Ejército, cuyo Patronato, unánimemente, reconoció, agradeció y aplaudió su labor en los tres años que lleva abierto en el histórico Alcázar de la capital de Castilla-La Mancha.


Naturalmente estoy hablando del general Antonio Izquierdo, hasta el 24 de enero director del Museo del Ejército, con el que encastillalamancha.es ha mantenido una entrevista que publicaremos mañana y de la que hoy les adelantamos algunos contenidos.

AQUEL GUERRILLERO, BOINA VERDE DE LA LEGIÓN

Boina verde, guerrillero de Operaciones Especiales de la Legión, profesor de Educación Física, paracaidista, participante en una de las misiones de paz de la OTAN en Bosnia-Herzegovina, diplomado del Estado Mayor, que fue coronel de la Jefatura de Estudios de la Academia de Infantería de Toledo y jefe de la Subdirección de Enseñanza del Ejército de Tierra, en Granada. Nacido en Tetuán, hombre culto, inquieto, conocedor y enamorado de la Historia de España y, como todos, preocupado por la situación que hoy vive el país y muy especialmente, por «la crisis de valores».

LAS RELACIONES CON CHACÓN, FARCAMA Y CUANDO LE LLAMABAN DE TODO

Se ha despedido entre abrazos y aplausos, pero hubo un tiempo que se le llamaba de todo, incluido facha o rojo, según quien disparase las críticas y utilizando ambos adjetivos como el mayor de los insultos. Así que en la entrevista tuvimos claro que quizás, dado los duros comienzos, en algún momento le rozó la idea de tirar la toalla. ¿En alguna ocasión ha estado a punto de dimitir, dadas las tensiones iniciales que se produjeron entre quienes no querían que el Museo mostrase lo concerniente a los dos bandos de la Guerra Civil? ¿Qué tal se entendió con la ministra Carmen Chacón, la responsable de Defensa cuando se abrió el Museo?, le preguntamos a Antonio Izquierdo y él no eludió las respuestas, como podrán comprobar en la entrevista. Un adelanto de lo que podrán leer mañana: «Con la ministra Chacón tuve poco trato, solo coincidimos en la inauguración y en los Plenos del Patronato».

Por cierto, general… ¿Cómo fue la experiencia de Farcama? ¿Se admitió bien entre los militares eso de colocar un corazón rosa, el logotipo de la Feria, sobre los históricos muros del Alcázar?… También se sinceró en esta respuesta.

GUERRA CIVIL, PUERTAS ABIERTAS Y BUENA COMUNICACIÓN

«El primer punto del Plan Estratégico era crear una imagen del museo y luego consolidarla y me parece que en cuatro años y medio he invertido menos de 1.000 euros en el plan de comunicación». Así explica el general la necesidad que había de explicar a la sociedad el resultado de aquella obra magna y de un museo que hería, a priori, muchas sensibilidades y generaba bastantes dudas. Pero un día se cansó y abrió la puertas para toda la prensa. ¿Qué vas a decir?, se preguntaban los suyos. Pero él mostró todo. Estaba harto, porque «había críticas completamente infundadas, como cuando se dijo que los bienes de interés cultural estaban tirados por el suelo en un barracón»… Aquello pasó, pero nunca olvidará los ríos de tinta, dimes y diretes que corrieron suponiendo lo que se vería o no sobre los años de la Guerra Civil española. De ello habla con detalle y sin tapujos.

Metafóricamente hablando, podríamos decir que la puesta en marcha del Museo del Ejército en Toledo ha sido la última batalla del general Izquierdo. ¿Qué balance arroja? Un botín de más de 300.000 visitantes al año… Visto lo visto y aunque no fue fácil traer el Museo del Ejército de Madrid a Toledo, ¿alguien duda de que era un acierto? Porque ha pasado de 30.000 visitas en Madrid a más de 300.000 en Toledo. Dice su leyenda, general, que antes de que fuera el director, usted estuvo siempre entre los militares que defendían el traslado a Toledo del Museo del Ejército… Sobre todas estas cuestiones preguntamos al general.

No quisimos irnos sin pedirle consejo para aprovechar la visita al Museo. Y nos lo dio: «Entre en la página web, que tiene una magnífica visita virtual y no trate de ver todo el museo, porque se puede agobiar. Son más de 8.000 metros de superficie expositiva, 899 vitrinas… No trate de verlo todo, dese un paseo por el Museo y prepare su visita en la página web, para elegir lo que más le guste». 

En la entrevista también responde a cuestiones como una razón para venir a ver el Museo del Ejército para quienes piensen que esto solo es una colección de armas y batallas. O, ¿cuál es el secreto mejor guardado de este museo? Y, ¿cuál es su rincón favorito, aquel por el que siente debilidad?…

Lean mañana.

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