Lo ha explicado en sus redes sociales y es una historia de estas que te hacen pensar que el ser humano ayuda cuando es necesario. Al menos en algunos casos.
Hablamos de un turista que llegó a Toledo, su nombre es Javier Díaz, y hace unos días contó lo siguiente después de haber estado por el casco histórico de la capital regional:
«Perdí mi billetera y nadie me aceptaba una transferencia»
«Tengo que decir que existe gente buena en el mundo y que tuve la suerte de toparme con algunos aquí, en La Marmita. En mi visita a Toledo me di cuenta que había perdido mi billetera y que no tenía cómo comprar agua ni comida, y mientras turisteaba resignado a esperar que me diera la hora para volver al AVE de la tarde, fui preguntando si alguien me aceptaba una transferencia como pago».
¿Se lo aceptaron? Pues lo sigue contando…
«Un plato de patatas con huevos que casi me hicieron llorar»
«Y ningún local aceptaba. Hasta que llegué aquí y le conté al encargado lo que me había pasado. Aunque él tampoco podía aceptar la transferencia, sí me ofreció un vaso de agua, que debo decir que ha sido el agua más fría y deliciosa que he probado en la vida. Y no solo eso, también me ofreció un plato de patatas con huevos que en ese punto casi me hicieron llorar».
Termina su relato de la siguiente forma:
«En fin, sin pasan por Toledo visítenlos y ojalá les compren de todo lo que tienen en la carta. Muchas gracias!!!».
«Con tu sonrisa nos damos por satisfechos y pagados»
No tardó el restaurante La Marmita en contestar al comentario:
«Hola, Javier. Muchas gracias por tu comentario y por las fotos. Comprendimos que estabas apurado y no tenemos problema en echar un cable a quien lo necesita, máxime cuando te ha quedado tan grato recuerdo de tu paso por nuestro restaurante. En cuanto a lo de tu llanto, con tu sonrisa nos damos por satisfechos y pagados. Esperamos que hayas disfrutado de tu visita a Toledo. Un abrazo».