El próximo lunes, 7 de noviembre, comenzará el juicio contra M.M.C., la mujer acusada de matar a su bebé recién nacido, al que metió dentro de una bolsa y abandonó en el almacén del bar donde trabajaba en Albacete.
Según el escrito de acusación, los hechos tuvieron lugar el 10 de octubre de 2020, cuando la procesada, tras haber intentado abortar sin éxito, ingiriendo misopostrol, una sustancia abortiva que tenía de abortos anteriores, se puso de parto. La mujer, que se encontraba en esos momentos trabajando como camarera, sin avisar a nadie ni acudir a un centro médico, se introdujo en un almacén del local y dio a luz al feto, que resultó ser un niño.
Escondió al bebé en una bolsa de basura
Acto seguido, expulsó la placenta y cortó el cordón umbilical, que no llegó a anudar, ocultando al recién nacido en una bolsa de basura y sacando el aire de la misma. A su vez, esta bolsa la introdujo en una mayor, y todo ello en una caja de cartón, que dejó tirada en dicha habitación.
Tras lo ocurrido, la mujer, asustada por la sangre que emanaba de su vagina, avisó a un amigo para que llamara a los servicios de emergencia, siendo trasladada en ambulancia al Hospital General de Albacete, donde fue examinada por la ginecóloga de guardia, a la que le dijo que sangraba porque tenía un bulto, ocultando así que acababa de dar a luz.
No obstante, la médico, dado los evidentes síntomas de un parto, dio la voz de alarma a la Policía Nacional, con el objetivo de poder localizar al recién nacido, cuya ubicación la acusada se negó a dar.
El bebé murió por hipotermia, asfixia y hemorragia
Una vez dado el aviso, los agentes consiguieron localizar a los dueños del bar, que facilitaron el registro del establecimiento, donde hallaron el cuerpo sin vida del hijo de la investigada. Finalmente, la autopsia confirmó que el bebé había nacido con vida y que murió tras el parto, a consecuencia de hipotermia, asfixia por sofocación y hemorragia, por no ligar el cordón umbilical.
Unos hechos que el Ministerio Fiscal considera que son constitutivos de un delito de asesinato, con la circunstancia agravante de parentesco, por el que piden prisión permanente revisable.