La retirada de los restos del general franquista Gonzalo Queipo de Llano de la basílica sevillana de la Macarena ha marcado un hito en la aplicación de la nueva Ley de Memoria Democrática, pero en España hay aún más de mil fosas comunes con víctimas de la guerra y del franquismo pendientes de exhumación.
La Ley de Memoria Democrática, que acaba de entrar en vigor, prevé el traslado de restos mortales de dirigentes del golpe militar de 1936 que ocupen un lugar «preeminente de acceso público distinto a un cementerio», con el fin de evitar actos de enaltecimiento.
114.000 personas desaparecidas durante la Guerra Civil
Es el caso de Queipo de Llano, cuyos restos se acaban de exhumar de la basílica de la Macarena; y del fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, cuyos familiares han iniciado ya los trámites para retirar sus restos del Valle de los Caídos.
También es el caso del general José Moscardó y el teniente coronel Jaime Milans del Bosch, que permanecen enterrados en el Alcázar de Toledo.
Pero más allá de todas estas exhumaciones, con un marcado carácter simbólico, la nueva Ley de Memoria Democrática pretende dar un impulso a la búsqueda de las alrededor de 114.000 personas desaparecidas durante la Guerra Civil y la dictadura franquista, al encomendar esta tarea expresamente al Estado.
Y una de las claves para lograrlo es la exhumación de los cadáveres enterrados en las fosas comunes que hay repartidas por toda España, una labor en la que los familiares de las víctimas piden más implicación al Gobierno.
2.615 fosas en toda España
«Debe poner los recursos para investigar bien las identidades de las personas que están en las fosas porque hasta ahora ha primado el número de fosas que se suman sobre las investigaciones para saber quiénes están en ellas», denuncia a EFE el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Emilio Silva.
Añade que, «sobre todo, el Gobierno debe atender a las familias porque no tienen un lugar al que asistir para pedir ayuda».
En la actualidad, el Gobierno tiene constancia de la existencia de un total de 2.615 fosas, según el buscador publicado en la página web del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática.
La mayoría están ubicadas en Aragón (598), Andalucía (546) y Asturias (381).
La cifra, que procede de los datos que proporcionan fundamentalmente las comunidades autónomas al Gobierno, está en continua actualización, según explican a EFE fuentes del Ministerio.
«Hay casos que no están reclamados»
En concreto, 531 de estas 2.615 fosas han sido ya exhumadas total o parcialmente, mientras que otras 259 se han dado por desaparecidas al no lograr dar con su ubicación, pese a contar con documentación o testimonios fehacientes que prueban su existencia.
Además, varias decenas de fosas están localizadas y han sido ya reconocidas y «dignificadas» con elementos como paneles explicativos o placas, pero no está previsto hacer ninguna labor de exhumación al no haber una petición expresa de los familiares.
«Hay fosas en muchos sitios, en casi todos los pueblos de España, pero hay casos que no están reclamados», explican estas fuentes del Ministerio, que citan como ejemplo las fosas ubicadas en los cementerios de La Barranca (Lardero, La Rioja) y San Salvador (Oviedo, Asturias).
Donde el Gobierno tiene previsto acometer labores de exhumación sin ninguna duda es en las fosas calificadas como «no intervenidas», que en la actualidad son 1.049.
Localizar alrededor de 1.200 cuerpos
Para emprender estos trabajos de exhumación y continuar con los que ya están en marcha, el Gobierno cuenta con 6,3 millones de euros del total de 14 millones previstos en los presupuestos de 2023 para desarrollar la Ley de Memoria Democrática.
El objetivo es localizar alrededor de 1.200 cuerpos y exhumar 1.000 de ellos a lo largo del próximo año, según consta en la descripción del programa de los presupuestos de 2023 dedicado a Memoria Democrática.
El mapa interactivo elaborado por la Agencia EFE, que puede ver en este enlace, muestra cinco fosas significativas de distintos lugares de España donde las labores de exhumación ya han comenzado o siguen pendientes.
El Valle de los Caídos y Pico de Reja
El Valle de los Caídos, en San Lorenzo de El Escorial (Madrid), donde hasta octubre de 2019 permaneció enterrado el dictador Francisco Franco, es la mayor fosa común de España, con un total de 33.833 restos de personas de ambos bandos fallecidas durante la Guerra Civil.
La exhumación de estos restos, procedentes de 480 fosas de casi todas las provincias españoles, sigue pendiente, y tan sólo 21.423 cuerpos están identificados.
Por otro lado, un equipo de arqueólogos trabaja en la actualidad en la fosa común conocida como Pico Reja, ubicada en el cementerio de San Fernando de Sevilla, con el objetivo de recuperar los restos de unos 1.400 represaliados en la guerra y la posguerra.
En esta fosa, construida en 1928 pero que empezó a usarse al inicio de la Guerra Civil, se cree que pueden estar los restos de Blas Infante, considerado el padre de la patria andaluza y fusilado en agosto de 1936, junto con restos de presos de la posguerra y de enfermos de hospitales cercanos fallecidos años más tarde.
Pozos de Caudé y Cementerio del Carmen
Entre las fosas pendientes de exhumación destaca la conocida como «Los Pozos de Caudé«, en Concud (Teruel), donde podría haber enterradas entre 1.000 y 1.700 personas.
Habitantes de distintos pueblos de la provincia han colocado en esta zona pequeñas placas cerámicas con las identidades de personas asesinadas durante la Guerra Civil y la dictadura que permanecen desaparecidas y podrían hallarse allí.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visitó recientemente la fosa común ubicada en el actual cementerio del Carmen de Valladolid, una de las más grandes de España y donde la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica trabaja desde hace años para recuperar los más de 575 cuerpos allí documentados.
En realidad, son varias fosas comunes que contienen principalmente los restos de alcaldes, concejales, sindicalistas o personas con autoridad que fueron fusiladas por defender la República tras el golpe de Estado de 1936.
Sima de Jinámar
Este verano un equipo de arqueólogos comenzó los trabajos de prospección en la Sima de Jinámar, un tubo volcánico en Gran Canaria de 76 metros de profundidad donde podrían llegar a yacer los cadáveres de centenares de personas que fueron represaliadas por el franquismo durante la Guerra Civil.
Es la primera vez que se hace una labor de investigación exhaustiva en la zona, aunque en el pasado durante algunas exploraciones puntuales se recuperaron en este lugar los restos de cinco personas, una de ellas con un tiro en el cráneo.